De acuerdo con una investigación realizada por La Unión de Morelos, basada en estadísticas publicadas en el portal del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero de 2007 a diciembre de 2010 en la entidad se registraron un total de 3 mil 545 homicidios.
De éstos, 529 asesinatos fueron clasificados como “ejecuciones presuntamente relacionados con delincuencia organizada” y fueron turnados por la procuraduría estatal a la Procuraduría General de la República para su investigación. Hasta el momento, no hay ni un informe oficial de cuántos homicidios fueron o no esclarecidos.
Según el SNSP, 478 asesinatos fueron clasificados como “ejecuciones” definidas como “homicidios con extrema violencia, que por sus características se presume que víctima, victimario o ambos pertenecen a una organización criminal”.
Otros 51 homicidios ocurrieron en enfrentamientos o en agresiones, “producto de ataques por parte de grupos de la delincuencia organizada en contra de autoridades de cualquiera de los tres órdenes de gobierno, con o sin respuesta armada”.
Los municipios donde ocurrió el mayor número de asesinatos o “ejecuciones” fueron Cuernavaca con 177, Temixco con 47, Jiutepec con 34, Jojutla con 26, Cuautla y Yautepec con 25 cada uno; Tlaltizapán, Huitzilac y Puente de Ixtla con 22 cada uno.
Los homicidios o ejecuciones fueron perpetrados con armas de calibre 9 milímetros, 0.762, 0.223 y 0.38.
Niños, adolescentes y jóvenes, las víctimas
Conforme pasó el tiempo, la guerra contra el narcotráfico y la disputa del control del territorio morelense entre grupos rivales trajo consigo el aumento gradual de homicidios, que de igual forma poco a poco fue cobrando la vida de más y más jóvenes.
En el 2007, de un total de 611 homicidios, 32 fueron relacionados presuntamente con el crimen organizado y de éstos el 6.9 por ciento de las víctimas fueron jóvenes entre 21 y 30 años de edad.
No obstante, en el 2008 comenzó a notarse no sólo un incremento de los homicidios relacionados con el crimen organizado sino que las víctimas eran cada vez más jóvenes y hasta menores de edad.
De los 737 homicidios registrados en este año, 48 fueron relacionados con el crimen organizado y de éstos el 11.9 por ciento de las víctimas fueron jóvenes entre 21 y 30 años de edad y el 7.1 por ciento, adolescentes entre 16 y 20 años de edad.
Aun antes de la muerte del líder de los hermanos Beltrán Leyva, Arturo Beltrán, muerto el 16 de diciembre de 2009 durante un enfrentamiento con elementos de la Secretaría de Marina en Cuernavaca, la violencia comenzaba a recrudecerse y el número de muertos seguía en ascenso.
Para el 2009, el número total de homicidios registrados aumentó a 998, de los cuales 114 fueron relacionados con el crimen organizado. El número de víctimas jóvenes siguió creciendo pues el 13.7 por ciento de los ejecutados fueron jóvenes entre 21 y 30 años de edad y el 2.1 por ciento, adolescentes entre 16 y 20 años.
Para el 2010, el número de homicidios totales registrados aumentó a mil 108, de los cuales 335 fueron “ejecuciones” perpetradas por bandas criminales. Sin embargo, por primera vez se registró la ejecución de menores de 15 años.
De acuerdo con las estadísticas oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el 1.9 por ciento de los “ejecutados” tenía menos de 15 años; el 9 por ciento, entre 16 y 20 años, y el 21. 9 por ciento, entre 21 y 30 años edad.
En suma, de los 529 homicidios clasificados por el SNSP como “ejecuciones”, 146 fueron víctimas jóvenes, adolescentes y niños.
En general, el 80 por ciento de las víctimas eran hombres, un 10 por ciento mujeres y el resto permanece como no determinado.
Las “epístolas” del crimen
Según las estadísticas, que pueden ser consultadas por los ciudadanos a través de internet en la página del SNSP, la colocación de mensajes sobre los cuerpos de las víctimas cada vez fue más frecuente.
Entre 2007 y 2008, alrededor del 10 por ciento de los cuerpos de las víctimas fue encontrado con algún tipo de mensaje escrito en cartulinas o sobre la piel.
Pero en los años siguientes, el intercambio “epistolar” entre bandas rivales tomó mayor popularidad, pues en el 2009 casi el 19 por ciento de los cuerpos de los “ejecutados” fue encontrado con mensajes de amenazas contra sus rivales. En el 2010, el 29. 3 por ciento de los cuerpos tenía algún tipo de mensaje.
Opacidad institucional
De acuerdo con el SNSP, estas cifras se encuentran a disposición de los ciudadanos con la finalidad de coadyuvar a la transparencia y la comprensión del fenómeno. En contraparte, la Procuraduría General de Justicia de Morelos ha negado o evadido dar este tipo de información a través de diversas solicitudes de información argumentando que no es su competencia, que no dispone de la información o que no es su obligación desglosarla porque los datos se encuentran en las averiguaciones previas o carpetas de investigación.
Incluso, entre los datos no revelados por las autoridades federales y estatales, está la ocupación de cada una de las víctimas.