-Abuela, cuéntame a qué huele el rojo.
-Dame tu mano. ¿Sientes?
-Sí, está caliente; no, está tibio, cálido, se mueve, lo siento… ¿Es el color rojo?
-Así es, ¿percibes su olor?...
-¡Sí!, huele a tus caricias, es agradable, lo huelo con mis manos, y se mueve, está vivo.
-A eso huele el rojo, a cariño, a piel, a besos, abrazos, ternura
-Abuela, ¿cómo es el rojo?
-Es como lo percibes, respíralo, tócalo, siéntelo, así es.
-Me gusta, es como tú.
-Vive dentro de ti, es parte de nosotros.
-¿Te agradó?, es un color bello, no crees?
-¿Bello?, ¿qué es bello abuela?
-¿Te acuerdas del sonido de los grillos, Anais?
-Si, claro, cuando llueve llegan, me gusta el sonido de la lluvia, y los grillos.
-¿Ahora dime qué sabor disfrutas más?, mi niña linda.
-El chocolate caliente en las mañanas, abuela, y el pan con mantequilla y azúcar; pero lo que más me encanta es el helado de fresa.
-A mí también me gusta mucho el chocolate caliente.
-Pero no me has dicho qué es la belleza abuela.
-Ya lo descubriste tú misma, es la lluvia, el canto de los grillos, el helado de fresa, las caricias, un abrazo, un beso.
-Me encanta lo bello, abuela, ¿y se puede tocar la belleza?
-Claro Anais, sal de la cama, dame la mano, salgamos al jardín… ¿Qué sientes?
-Abuela, ¡está húmedo!, pero es rico, acaricia mis pies, ¿es la belleza?
-Así es, ¿ya ves que también la puedes tocar?, ¿hueles su color?
-No se abuela, es un aroma ligero, fresco, además me recuerda a los grillos y a la lluvia.
-¿Quieres saber cómo es el color verde, Anais?
-Si abuela, mucho.
-Pues el verde es lo que sienten tus pies, crece sobre el silencio de la tierra, es pasto, esperanza, huele a yerbabuena; es como el sonido de la lluvia, o el canto de los grillos. El verde es tranquilidad.
-Entonces los colores son bellos, abuela.
-Si, mi niña, todos son bellos, solo debes sentirlos; pero ven, vamos a desayunar un chocolate caliente.
Anais tiene ocho años, es huérfana y vive con su abuela. Ciega de nacimiento, sus ojos son sus manos, su piel, su olfato, su oído, su percepción de los colores crece día a día gracias a su abuela.
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