- ¿Cómo le dices a un escritor que es malo sin que se moleste?
Nunca le digo a un escritor que es malo. Es el público el que tiene esa opinión. Como escritor, elijo cada vez mejor lo que leo, por ejemplo, ya casi no leo autores mexicanos. Como editor no dices si una obra vale o no vale la pena (acaso si te gusta o sigue tu línea editorial), sino que debe ser capaz de reconocer un público (aunque sea limitado) para cierta obra. El trabajo del editor es hacer buenos libros para que se vendan, lo demás es petulancia.
- ¿La fama necesariamente define el éxito de una obra o de un escritor?
La fama no define nada, ni la obra ni la persona que escribe. La fama es algo con lo cual o sin lo cual la literatura siempre queda tal cual. Hay escritores que se dedican a tener fama sin saber que lo trascendente es su obra, no su vida literaria.
- ¿Qué opinas sobre las segundas ediciones?
Excelente oportunidad para ganar más lectores.
- Hay autores que al momento de abordar ciertos temas sienten revelada una parte sensible de su vida, ¿alguna vez te has sentido así con algún tema personal?
Cuando se abandona un tema, existe algo equiparable al síndrome del nido vacío, es requerible vivir el proceso de un duelo, tanto en lo personal como en lo profesional. Sí me ha pasado, pero si un tema se va, es mejor decirle adiós y darle la bienvenida a los nuevos temas.
- ¿Crees que haya temas de los que es mejor no escribir?
No, al contrario, si piensas que un tema es difícil, políticamente incómodo o complicado, hay que escribir de eso, buscar por qué causa molestia y hacer algo original.
- ¿Así como existe el “cualquiera puede cocinar” debería haber un “cualquiera puede escribir”?
Con el tiempo me he convencido de que no cualquiera puede escribir, pero cualquiera que desee hacerlo podrá intentarlo y quizás lo logre. Ya soy menos optimista al respecto.
- ¿Crees que la lectura es un privilegio de clases altas?
Sí, de las clases culturales altas… Porque no creo en las clases sociales.
- ¿Crees que leer efectivamente te hace mejor persona?
Sí, te hace mejor, pero eso también es relativo, porque la lectura es el arma más poderosa, así que la lectura te puede hacer mejor persona, mejor villano, mejor ladrón, mejor maestro, mejor amante, mejor youtuber, mejor cocinero, mejor papá… en ese sentido es relativa la mejoría, pero la lectura ayuda a las personas a lograr un grado más alto de eficiencia.
- ¿Cuál fue tu primer trabajo luego de terminar tu carrera?
Al graduarme y alejarme de la universidad, volví a ser músico callejero varios meses, hasta que encontré mi primer trabajo formal de entonces: maestro en el Conamat de Cuernavaca. Trabajé mientras planeaba Ediciones Zetina y seguía escribiendo y leyendo como loco. Fue una experiencia sublime dar 70 horas de clase a la semana. Incluso me mudé atrás del colegio para estar disponible y aprovechar el tiempo.
- ¿Tu escritor interno, es decir, tu escritor prístino, el que te dijo internamente “quiero ser escritor” está satisfecho con tu larga carrera?
Una de las mejores preguntas que me han hecho. Sí, estoy satisfecho, especialmente porque con los 30 libros escritos (25 publicados) hasta ahora he aprendido mucho y me siento aún joven, por lo que sé que comienzo una nueva etapa, con metas más altas y expectativas mejores, es decir, con muchas y mejores cosas que escribir y publicar y vender.
A todos mis lectores de La Unión de Morelos, les agradezco por este año más de lecturas y les mando un abrazo y mis mejores deseos para terminar el año y comenzar el siguiente.
Rose B. Ortiz. Hidalgo, 1984. Radica en Querétaro desde los 5 años. Sus primeras indagaciones literarias comienzan en 2010 en los talleres de Arturo Santana. Lic. en Estudios Literarios por la Universidad Autónoma de Querétaro, ofrece talleres de creación literaria y es colaboradora de Ediciones Zetina desde 2020.