Familias temen emplear a personas “que vienen de la calle”.

“No hay trabajo en ninguna parte, solo la gente que ya me conoce me da trabajo de limpiar su casa pero de igual forma me pide que lleve cubrebocas y los entiendo, porque si yo me enfermo puedo contagiar a los que me dan trabajo. Esto apenas me alcanza para poder llevar el día a día en mi casa”, dijo Isabel González, quien se dedica a limpiar casas a domicilio en el poblado de Chamilpa, en Cuernavaca.

La mujer aseguró que algunos de sus empleadores le informaron que tenía que dejar de trabajar por culpa de covid-19: “mis patrones me comentaron que tenía que dejar de trabajar porque sus familias no estaban tranquilas con personas de la calle o gente externa, ya que podíamos contagiarlos y eso sí nos afectó a muchos que nos dedicamos al dar mantenimiento de casas”.

La empleada doméstica dijo que antes con su trabajo de aseo de viviendas podía tener una estabilidad económica y ahora tiene que vender cosas en los tianguis: “antes solo iba a vender cosas a los tianguis, eran cosas que me sobraran o que me regalaban la gente con la que trabajaba y de ahí le ganaba unos pesos más. Ahora tengo que vender por necesidad ya que no alcanza con un solo trabajo”.

Sin embargo, Isabel González comentó que buscará otro trabajo para poder cubrir con los gastos que genera su hogar: “no queda de otra, yo tengo que seguir trabajando para mantener a mi familia y pagar los servicios de mi casa. Eso no perdona y es cada mes lo que te cobran”.