Voy a compartirte mi experiencia con Correos de México, sí, una institución pública de la que mucha gente ignora que sigue en funcionamiento y algunos otros hablan bastante mal.
Desde hace ocho años comencé a usar este servicio postal mexicano para enviar libros a diferentes ciudades del país. La historia es triste, porque cuando me mudé a Querétaro tuve que vender parte de mi biblioteca personal, la que había acumulado con mucho amor durante unos diez años. Bueno, debía venderla para tener dinero. Se trataba de varios miles se libros, la mayoría buenos y en excelentes condiciones, desde libros de bibliofilia, edición, literatura, antroposofía y nutrición hasta místicos y libros antiguos.
Tuve buenas ofertas por paquetes de lo más variados, que debía enviar a Cancún, Tijuana y otras ciudades lejanas. Seguía promoviendo la venta en redes sociales con una buena respuesta. Algunos de mis clientes pagaron el envío por DHL u otra paquetería porque no querían arriesgar su entrega, que en varios casos superaba los dos mil pesos en valor.
Fui al correo cerca de la casa, pedí informes y allá volví con mis paquetes. Un señor de edad incomprensible y mirada adusta me explicó con calma cómo envolverlos, cómo cerrar los paquetes, que debían ser revisados por ellos antes de etiquetarse, así como las formas de enviar: tradicional (sin guía), certificado (con guía y rastreo web) y por MexPost (que aún no entiendo bien y que nunca he usado).
Volví bien armado de paquetes y me sorprendió el costo tan bajo de los envíos, que por cierto no ha variado, es decir, no ha subido en casi una década. Los paquetes comenzaron a llegar a su destino y a mí me dio mucho gusto, pues en ese entonces casi no podía salir de casa, estaba débil, en recuperación física, y a lo más tenía fuerzas para vender desde mi estudio y llevar al correo.
Todo fluyó bien durante algunos años, hasta puedo decir que me volví experto en armar paquetes, lo que, creo, se ha vuelto una obsesión. Una vez, el escritor morelense Amuary Colmenares me envió un mensaje diciéndome que era “un dios para empaquetar libros” o una cosa así muy exagerada, cuando le mandé, si no mal recuerdo, varios libros de Mario Bellatin en ediciones especiales.
Pocas veces se me abre o rompe un paquete en el trayecto, aunque me ha sucedido, pero por fortuna sin pérdida de ejemplares. Y en realidad, solo dos paquetes se perdieron definitivamente, cuando los mandé por correo tradicional sin guía de rastreo ni modo de localizarlos. Fue un paquete de libretas que mandé a Cuernavaca, a una ex alumna llamada Leslie, a quien le entregué su compra cuando estuve por la ciudad; el otro fueron unos libros que le mandé, si la memoria no me falla a Jan Olvera, igual a Cuernavaca, pero que no pude recuperar y que por lo mismo ya no me pagó. Son los únicos dos casos, y está mal, pero desde mi punto de vista también ocurrió por querer ahorrarme veinte pesitos, en fin.
Vendí, pues, unos cuatro mil libros que se repartieron por muchas ciudades… por cierto, una de mis mejores clientas es la escritora Joyce S. Hernández de Taxco, con quien, en parte gracias a eso, mantengo una buena amistad desde hace años.
Después de aquella pérdida o venta me seguí vendiendo Libretas de Corazón y varios productos de encuadernación, para más tarde pasar a vender mis libros (o sea, los que yo escribo y publico) más en forma, lo que hago hasta ahora.
Así he variado en productos (libros viejos, libretas, mis libros) y mando de forma constante unos 120 paquetes cada año, que vendo, rastreo y se entregan. Cierto que algunas veces se tardan un poco, pero sigue siendo conveniente, pues enviar de 1 a 3 libros cuesta solo 40 pesos y así sube, pero poco a poco, de 50, 60 y 80 quizás, esto ya en paquetes de varios kilos de peso. El correo puede mejorar, pero a mí me ha funcionado bastante bien y por eso les agradezco.
Por último, hace poco terminé el libro Yo publico, manual para escritores contemporáneos, donde platico sobre mi experiencia como escritor y comparto estrategias para publicar. Si quieres que te lo mande, solo envía un correo al Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y con gusto lo tendrás.