Paulino admite el miedo al covid-19, pero por necesidad regresó a las calles.
Las medidas sanitarias para tratar de controlar el covid-19 afectan tanto a los negocios formales como a los puestos ambulantes, como el de Paulino Flores García quien se dedica a la venta de fruta picada y chicharrones en el pueblo de Chamilpa.
“Nosotros tuvimos que dejar de vender por dos meses, ya que no había gente y las autoridades nos estaban pidiendo que tuvieras las medidas de salud. Eso nos afectó en lo económico ya que no había ingreso para poder seguir con nuestro negocio” comentó Flores García.
Entrevistado por La Unión de Morelos, el comerciante informó que volvieron a retomar su trabajo normal debido a la necesidad: “tuvimos que volver a vender ya que nosotros pagamos renta y servicios en nuestra casa y quedándonos en casa no se puede vivir. Aunque son pocas las ventas, en lo que va del mes con eso podemos ir comiendo y abonando en la renta de nuestra vivienda”.
Paulino Flores comentó que aunque tienen miedo a un contagio él debe seguir con las ventas para poder llevar comida a su familia.
“Claro que tenemos miedo, ya que dicen que se están muriendo por esta enfermedad, pero tenemos que seguir con nuestras vidas y mientras no me contagie vamos a seguir aquí y ya después vemos qué pasa”.