Alumnos y personal del Cobaem número Uno eran sus principales compradores.
César Alejandro García toda su vida se a dedicado a la venta de abarrotes cerca del Colegio de Bachilleres plantel Uno, ubicado en la avenida Domingo Diez, por lo que ahora sufre por el cierre del plantel -debido al coronavirus- ya que los estudiantes de esa escuela y personal de las oficinas eran sus principales clientes.
“No he vendido casi nada por qué mis principales consumidores ya no vienen a la escuela y a trabajar por la pandemia y esto me afecta no solo a mi, también a muchos comerciantes que trabajamos en esta zona” comentó Alejandro García.
El entrevistado contó que antes de la cuarentena había surtido su tienda porque los meses de mayo y junio eran los mejores para vender: “yo siempre tengo surtido todo pero en mayo y junio compro más porque en esas fechas los estudiantes solo venían por exámenes y es cuando consumían más frituras, galletas o golosinas y refrescos, pero este año me quedé con toda la mercancía y la he ido vendiendo poco a poco con los vecinos”.
El entrevistado expresó su angustia sobre el cierre de las escuelas el resto del año: “me preocupa que no regresen a las escuelas y oficinas este ciclo, porque si no muchos de nosotros perderemos nuestro negocio, muchas familias nos quedaríamos sin ningún ingreso, la mayoría dependemos de estos locales para vivir”.