La Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Morelos (CBPEM) tiene un registro de dos mil individuos desaparecidos en la entidad. Desde que comenzó a operar esta instancia, se ha localizado a quince con vida y dos que lamentablemente ya habían muerto.

La titular de dicha instancia, Wendy Guadalupe Ruiz Ramírez, confirmó que la comisión de Morelos y la comisión de búsqueda del Estado de México, mediante una solicitud de colaboración, realizaron el lunes un despliegue de localización en campo, en la zona conocida como “Cerro Grande” en el municipio de Huitzilac.

Informó que la denuncia se reportó desde hace cuatro meses. Se trata de una mujer cuyo teléfono celular marcó indicios de que en esa zona pudo haber desaparecido.

“Afortunadamente no localizamos lo que los familiares temían que fuera, una fosa clandestina; no se encontró nada, así que las diligencias de búsqueda en vida continúan” apuntó.

La CBPEM también recibió la solicitud de colaboración de su homóloga del estado de Guerrero, pero no se ha fijado una fecha. Las comisiones realizarán dichas labores en campo en los límites entre Morelos y esa entidad, a la altura del municipio de Amacuzac, pero aún no se ha programado la fecha específica.

Wendy Guadalupe Ruiz indicó que ya se han hecho trabajos similares de Morelos en los estados de Veracruz y Tabasco. Como resultado, en enero pasado se localizó a un hombre y una mujer. El primero de ellos llevaba tres días sin haber contactado a su familia porque sufrió un robo con todas sus pertenencias y no habría podido contactar a sus familiares; en el segundo caso se trató de una mujer que fue encontrada en una estación migratoria.

Cuestionada sobre la base de datos de desaparecidos en Morelos, dijo que existe un padrón con dos mil personas en calidad de desaparecidas, de las cuales algunas ya fueron encontradas, pero no detalló el dato. Mencionó que ya se solicitó el cotejo a la Fiscalía Especializada.

La propia comisión, añadió, localizó en el mes de enero a 15 individuos con vida, y dos sin vida.  Una de las víctimas mortales se identificó mediante ADN, y en el otro caso, la madre reconoció las ropas. Ambos cuerpos se encontraban en el Servicio Médico Forense.