Con este proyecto que se ha desarrollado desde hace más de un año y medio en la región de los Altos y particularmente en el citado municipio de Totolapan, se recuperaron piezas de géneros tales como marchas, valses, polcas y chotices, entre otros que son originarios del lugar, cuya antigüedad en muchos casos supera el centenario y que habían sobrevivido al pasar de una generación a otra, pero han estado en riesgo de perderse ante la llegada con toda la maquinaria comercial de otras influencias como la música sinaloense.
El objetivo, expuso la investigadora, es precisamente recuperar esta riqueza y expresión cultural, para lo cual se hizo un trabajo de investigación con las personas más ancianas de Totolapan, y como producto de la misma, se grabó un disco en el que participan como músicos jóvenes talentosos del mismo lugar, con lo que se ha propiciado además de retomar la música propia, mayor comunicación entre ambas generaciones.
Georgina Flores destacó que para llevar a cabo esta etapa del proyecto, incluso se tuvo que buscar la participación de músicos que pusieran en partituras muchas de las piezas que los abuelos de la comunidad saben tocar, pero que nunca habían sido escritas en papel, y por tanto de no ser por la transmisión generacional, tendrían mayor riesgo de perderse. Con ellas no sólo se recuperan ritmos, sino las temáticas que se abordan, que llevan implícitas costumbres, tradiciones, una cosmovisión propia.
Este domingo inició el carnaval de Totolapan y en este marco se relanzó el disco, que es producto de la referida investigación, cuya distribución es compleja pues no puede ser comercializado al tratarse de los resultados de una investigación financiada con fondos federales y estatales.
El multicitado proyecto de investigación conjuga también el sentido de la vista. Este domingo se presentó la exposición fotográfica “Miradas Sonoras” que es la crónica visual de la grabación de dicho disco, con más de 30 piezas de los fotógrafos Erick Esparza y Javier Otaola, en las que plasman en imágenes esta comunión entre generaciones y la riqueza cultural de la región.
Dicha exposición permanecerá en la iglesia de Totolapan hasta el 2 de enero pues del 7 al 23 de enero será reinstalada en la cerería de Tlayacapan.