“La violencia aunque sea cotidiana no se puede normalizar, la resiliencia en cambio es un proceso natural que ocurre en todo espacio donde hay vida”, dijo Karla Sandoval Serna, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) quien señaló que un estudio sobre la resiliencia debe acompañar un planteamiento de exploración de soluciones.
Durante su conferencia titulada “Generación de procesos resilientes desde espacios educativos. Un reto en el ámbito universitario”, dijo que en los espacios universitarios se debe discutir el contexto de violencia del México contemporáneo, y analizar las diversas situaciones adversas y complejas, para reflexionar sobre las posibilidades de generar procesos resilientes individuales, grupales y en la sociedad.
Afirmó que México vive una violencia extrema de diferentes tipos, “lo que ha hecho que vivamos en un país resiliente, porque ocurren violaciones a los derechos humanos que se traducen en las desapariciones forzadas”, aunque aclaró que no quiere decir que los homicidios y secuestros que se cometen, no sean importantes, pero el fenómeno de la desaparición genera un trauma colectivo mucho más profundo en la sociedad, por las implicaciones emocionales.
No es fácil, dijo, explicar el origen de la violencia y su desarrollo sobre todo porque existen regiones del país con características y cultura diferente a otras. Comentó que desde que se implementó el Plan Mérida, entre los gobierno de Estados Unidos y México, la violencia se incrementó.
“Para entender el proceso resiliente que vivimos en el país dijo que hay que tener referencias cuantitativas y cualitativas, porque ayuda a dimensionar”, señaló Karla Sandoval, quien compartió una estadística de las desapariciones en régimen de dictadura en países del cono sur, Argentina, Chile y Uruguay, en donde se contabilizan históricamente 13 mil 692 desapariciones, que dieron origen a colectivos de búsqueda de familiares.