El instituto, con sede en Cuernavaca, realizó el referido seminario en el que participaron expertos en la materia. En este marco, en entrevista la doctora Anahí Dresser expuso que el uso inadecuado de los antibióticos implica tres problemas fundamentalmente. El primer tipo de daños son las reacciones adversas que puede ir desde una alteración cutánea, es decir en la piel, o hasta la hospitalización; el segundo es el de los gastos, tanto a nivel familiar ya que se compra antibióticos que en realidad no son necesarios, como a nivel del sector público al hacer comprar en grandes volúmenes destinando recursos que podrían ser útiles en otros rubros.
El tercer daño y más grave, enfatizó la especialista, es el de la resistencia bacteriana, porque el usar demás y de forma inadecuada los antibióticos provoca que las bacterias se vuelvan más resistentes, y alertó que “lo más grave de esto, es que estamos en riesgo como humanidad de que en 10 o 20 años el planeta se quede sin antibióticos, esto es finalmente una amenaza para la medicina como la entendemos. Si no tenemos antibióticos es imposible hacer una cesárea, atender un niño prematuro y una neumonía puede llegar a ser un problema de muerte”.
Explicó que por increíble que parezca este fenómeno se explica porque los laboratorios, la industria farmacéutica cada día se dedica menos a la investigación y generación de antibióticos, de tal manera que en tanto que las bacterias se vuelven más resistentes, los antibióticos existentes pierden su potencia y no hay nuevas sustancias que sirvan para tal fin.
Enfatizó que es fundamental trabajar en nuestro país en modificar aspectos tales como el que los médicos no prescriban demasiado estos medicamentos, la población no se automedique (lo que comienza a regularse con la prohibición de la venta de los mismos sin receta), y por otro lado evitar que se usen tantos antibióticos en el ganado, pues es posible que al consumir esos productos también se transfiera la resistencia.
En dicho seminario, se dieron a conocer datos relevantes, derivados de investigaciones desarrolladas por el INSP y otras instituciones, entre ellos que “hasta hace poco los antibióticos representaban el segundo lugar en ventas de farmacias a nivel nacional y el 40% de ellos se vendían sin receta médica”.
En el 2006 una encuesta en farmacias reveló que la mitad de los antibióticos vendidos (principalmente ampicilina y penicilina) habían sido adquiridos con los consumidores para tratar infecciones respiratorias agudas. Sin embargo, los antibióticos no sirven para curar infecciones tales como la gripe, la bronquitis y la mayoría de las infecciones de garganta.
No sólo la automedicación con antibióticos es un problema, también lo es la prescripción médica, que requiere ser mejorada. Se estima que a 70% de los pacientes con infecciones respiratorias y diarreicas agudas, los médicos les recetan antibióticos, cuando esto solamente se justifica en un 15% de los casos (pues la mayor parte de estas infecciones son causadas por virus, y no necesitan de este tipo de sustancias antibacterianas).
Además se ha documentado que el mayor número de reportes de reacciones adversas a medicamentos (40%) en la población mexicana, se atribuye al consumo de antibióticos. Tales reacciones adversas van desde leves (como diarrea y ronchas en la piel) hasta graves, que necesitan hospitalización.
En nuestro país la bacteria llamada neumococo (que causa infecciones graves como la neumonía o la meningitis) es resistente a la penicilina en 60% de los casos, cifra muy superior a la de otros países de Latinoamérica. Hay elevadas tasas de resistencia bacteriana en bacterias transmitidas por alimentos, tales como Salmonella en las carnes crudas. Por lo tanto, también es importante incidir en el uso de antibióticos en la cría de animales para consumo humano.
En marzo del 2010 el INSP, junto con la Asociación Mexicana de Infectología y Microbiología Clínica (AMIMC), la Alianza por el Uso Prudente de Antibióticos (Apua), el capítulo peninsular de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) y la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), integraron la propuesta “Regulación y promoción para el uso adecuado de antibióticos en México: lineamientos para la acción”.
En esta propuesta, los expertos plantean que es necesario desarrollar un plan de acciones regulatorias, educativas y de gestión, consensuado entre diversos grupos de interés, incluyendo profesionales médicos y veterinarios, personal de farmacias y la industria farmacéutica. A través de sus lineamientos, la propuesta establece cambios tanto en la Ley General de Salud como en la Ley Federal de Sanidad Animal y sus reglamentos derivados.
Los lineamientos para la acción prioritarios descritos en la propuesta son: Crear un comité consultivo multidisciplinario sobre uso de antibióticos y resistencia bacteriana; Desarrollar estrategias para hacer cumplir la legislación respecto al requerimiento de la receta médica para la venta de antibióticos de importancia crítica en farmacias; Normar el uso de antibióticos para la promoción del crecimiento y la metafilaxis en animales; Revisar los procedimientos para la aprobación y el registro sanitario de nuevos antibióticos, de tal forma que salvaguarden su uso en humanos; Crear mecanismos que aseguren que todos los antibióticos comercializados en México (para uso humano y veterinario) cuenten con los requisitos de calidad, seguridad y eficacia; Desarrollar intervenciones educativas y de gestión a nivel nacional sobre el uso racional de antibióticos, dirigidas al público en general, a dispensadores en farmacias y a profesionales del área médica, e Implementar sistemas eficientes de vigilancia epidemiológica para el uso de antibióticos y sobre la resistencia bacteriana”.