"El feminicidio debe atenderse como un fenómeno social desde políticas públicas de salud y no sólo como un problema de seguridad", declaró la psicóloga Josefina Solís Alcántara, docente de la licenciatura en Seguridad Ciudadana de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
Señaló que es necesario generar más programas preventivos desde niveles básicos de la educación para que los niños varones y sus familias adquieran conocimientos y herramientas para identificar conductas violentas contra las mujeres desde la niñez.
La psicóloga refirió, que, en la mayoría de los casos, los feminicidas fueron niños violentados en su núcleo familiar, escuela y medio donde conviven, lo que provoca conductas violentas reactivas que se reproducen de generación en generación contra las mujeres.
Aunado a esas condiciones, Josefina Solís indicó que la mente de un feminicida es el resultado de diversos factores como el contexto social y el económico, generadores de rasgos psicopatológicos en los varones que desde niños naturalizan la agresión hacia las mujeres.
“Mientras no haya una intervención integral y familiar desde temprana edad, el riesgo de crear personas violentas y feminicidas es mucho, se seguirán criminalizando y revictimizando a las conductas de las mujeres violentadas por hombres que, aunado a la impunidad de los casos de feminicidio, estos seguirán en aumento en Morelos y en todo México”, dijo.