El 80 por ciento de las agrupaciones de ese gremio no disponen de un lugar de concentración, estiman.
El sistema público del transporte en el estado enfrenta graves deficiencias. No sólo es la anarquía que se da por ausencia de orden, no se dispone de infraestructura moderna o, por lo menos, adecuada para ofrecer seguridad y buen servicio a los usuarios, indicó la presidenta de la Confederación Democrática del Transporte, Judith Juárez.
Dijo que desde hace unos años hay una ley en la materia que pocos conocen y prácticamente nadie obedece, porque las propias instituciones competentes en la materia no la hacen valer, de tal manera que en esta actividad “cada quien se rasca con sus uñas”.
Dijo que el sector más olvidado es el del servicio sin itinerario fijo -taxis- porque al menos los autobuses, “rutas” y combis cuentan con terminales o bases, desde donde se programan los horarios y se facilita la toma de decisiones; “hay cierta organización, lo cual no ocurre en la mayoría de las uniones de taxistas que operan en las tres regiones conurbadas de la entidad”.
Bajo estas circunstancias, consideró que es necesario comenzar a trabajar sobre una estrategia seria a fin de buscar espacios para la instalación de sitios, algo que es casi obligado en la mayoría de las ciudades en el país y que acá, por falta de apoyo institucional, no ha sido posible.
Judith agregó que el padrón de taxis en la entidad es muy superior al del sistema colectivo del transporte, y -si bien hay organizaciones que cuentan con estructura completa, particularmente los radiotaxis-, el 80 por ciento de las agrupaciones no disponen de un lugar de concentración.
Más aún, agregó, son demasiadas unidades aquellas que no pertenecen a ninguna unión o grupo y ello también facilita la actividad delincuencial, porque cuando existe control desde una base, se mantiene en permanente vigilancia y contacto con los operadores, algo que no se ha observado.
No es nada difícil apreciar que en torno a este importante servicio a la sociedad, existen muchas lagunas legales que permiten el abuso y la anarquía, de ahí que se tenga que trabajar ya en algo serio, pero con la firme decisión de llevarlo a la práctica, porque las reformas realizadas al respecto se quedaron en el escritorio.
En estos momentos, cualquiera que posea un vehículo puede dedicarse al traslado de personas; basta con alguna calcomanía o permiso clonado y no pasa nada, ya que en medio de la confusión nadie pareciera darse cuenta, consideró.