La titular de la dependencia dijo que no habrá omisión y destacó que varios recién nacidos presentaban dificultades al llegar a la unidad de cuidados especiales del hospital “José G. Parres”.

La secretaria estatal de Salud, Patricia Mora González, aseguró que la dependencia espera los resultados de la investigación por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) en torno a los decesos de bebés en el Hospital General de Cuernavaca “José G. Parres”, presuntamente relacionados con la presencia de la bacteria Klebsiella pneumoniae. Hasta ahora no se ha deslindado responsabilidades ni fincando sanción alguna.

La funcionaria indicó que se fortalecieron las medidas de prevención en la Unidad de Cuidados Especiales Neonatales, la cual se mantiene con restricción de nuevos ingresos, en seguimiento del protocolo correspondiente, para prevenir un riesgo adicional por la presencia de una bacteria intrahospitalaria.

Apuntó que la semana pasada ya tuvieron la visita de autoridades federales de la Dirección General de Epidemiología (DGE) y de la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris), a través de la comisión local, para observar que se hayan aplicado las normas correspondientes. Además, ratificó –como se informó oportunamente– que acudió personal de la Dirección de Calidad y Educación en Salud (DGCES) con el propósito de acreditar esa área nuevamente como Unidad de Cuidados Especiales Neonatales. En este sentido apuntó que ya se identificaron “áreas de oportunidades”, es decir, lo que se tiene que corregir para cumplir con dicha normatividad.

Mora González argumentó que hubo algunos movimientos de personal, pero admitió que no se han deslindado responsabilidades.

Aseguró que los Servicios de Salud entregaron a la FGE los expedientes de cuatro bebés y esa instancia informó que se realizaría la exhumación de los cuerpos de los neonatos para determinar las causas de la muerte.

A decir de la funcionaria, no habrá omisión, pero la FGE determinará si hubo responsabilidades: “No hemos identificado hasta ahorita en las revisiones que hemos hecho de los expedientes y las revisiones a los expedientes ninguna responsabilidad de índole laboral, digamos. La doctora encargada de Pediatría ha desempeñado un trabajo impecable en todos estos años; ella fue regresada al área operativa, pero es una oportunidad para renovar. Estos niños estaban muy graves, todos los bebés que llegan a esa área son bebés con condiciones muy complicadas, con prematurez (sic); desde que nacieron ya tenían evidencia de estar enfermos. Ahí no es culpa de nadie. Son bebés en una condición de extrema vulnerabilidad”.

La secretaria de Salud no especificó si existe algún dictamen de las dependencias federales sobre la responsabilidad de la institución en cuanto a las condiciones que existían en el propio nosocomio, y ratificó que sólo se detectó la bacteria hospitalaria en cuatro de los bebés que murieron, a finales de junio y los primeros días de julio.

No se ha podido identificar de dónde ni en qué momento llegó al Hospital General de Cuernavaca y cómo es que la referida bacteria “multirresistente” a antibióticos de última generación infectó a los bebés de la Unidad de Cuidados Especiales Neonatales.

Rechazó las versiones no oficiales en el sentido de que haya más decesos por esa causa y de igual manera negó que el caso referido esté relacionado con la contaminación del agua de la red de abasto o del drenaje. Argumentó que existe una planta purificadora y de tratamiento en el nosocomio.

Dijo asimismo que la hipótesis más probable es que alguno de los bebés que llegó de otro hospital podría haber “traído” la multicitada bacteria.

Reiteró que de los nueve bebés que murieron en el periodo referido, solo en cuatro encontraron Klebsiella pneumoniae. El resto pudo haber fallecido por las condiciones de salud que ya presentaban al nacer.