El propósito es proteger a tres especies de murciélagos que ayudan al control de plagas en esa región del estado
La Secretaría de Desarrollo Sustentable decretó como área natural protegida la cueva “El Salitre” en el municipio de Tlaltizapán, para proteger a tres especies de murciélagos que prestan importantes servicios ambientales en la región.
De acuerdo con el artículo 86 Bis de la Ley del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente del Estado de Morelos, los refugios de vida silvestre se constituirán sobre extensiones territoriales reducidas en las que existan características naturales de importancia para la conservación de la biodiversidad, para asegurar la sobrevivencia y perpetuidad de las especies, y limitar su uso a la realización de actividades de conservación de las áreas, de investigación científica y educación ecológica.
En ese sentido, dice el decreto gubernamental, en el municipio de Tlaltizapán de Zapata, Morelos, existe una cueva conocida como cueva “El Salitre”, en la que habitan siete especies diferentes de murciélagos: Artibeus hirsutus, Desmodus rotundus, Glossophaga soricina, Leptonycteris yerbabuenae, Pteronotus parnellii, Mormoops megalophylla y Myotis velifer, por lo que por su importancia biológica requiere ser protegida.
Estas especies proporcionan en la zona servicios ambientales como la polinización y el control de plagas o vectores de enfermedad, que consumen una gran cantidad de insectos por noche.
Pese a la bondad de los servicios ambientales que proporcionan, los murciélagos que habitan en la cueva enfrentan amenazas como el crecimiento irregular y desmedido de la mancha urbana su periferia, así como la construcción de unidades habitacionales, efectos antropogénicos debido a las visitas de la cueva y la extracción de guano, lo que favorece la alteración o destrucción de las áreas donde se alimentan.
Además del efecto indirecto de fertilizantes y pesticidas que contamina sus alimentos, lo que ocasiona en los murciélagos cambios conductuales, disminución del éxito reproductivo, decremento y mala calidad del alimento conseguido.
Por tal razón, la cueva, localizada en el ejido de Santa Rosa Treinta, municipio de Tlaltizapán de Zapata, fue declarada como área natural protegida con el carácter de refugio de vida silvestre y conformada por un polígono general con superficie de 0.026 hectáreas, 258.268 metros cuadrados y perímetro de 67.469 metros.
La inspección y vigilancia del refugio queda a cargo de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Morelos, con la participación que corresponda a las demás secretarías, dependencias y entidades de la administración pública federal y estatal, así como al Ayuntamiento de Tlaltizapán de Zapata, Morelos.