Después de reuniones sostenidas con autoridades de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), transportistas confirmaron que las características de cómo fueron asesinados los operadores son similares, sin embargo, por lo menos los tres últimos conductores contaban con antecedentes penales.
Entonces, los concesionarios de taxis llegaron a la conclusión de que se trató de problemas personales de los trabajadores del volante, vinculados con la delincuencia y no fueron víctimas de ningún asesino de taxistas.
“Lo que nos informaron en la procuraduría es que todos los choferes tenían antecedentes penales y se nos cuestionó si teníamos conocimiento de los antecedentes de los operadores. Pero nosotros no sabíamos nada y es lamentable, porque finalmente existe temor entre el sector”, declaró Anselmo Delgadillo Saavedra, líder de la Confederación de Permisionarios y Transportistas del Estado de Morelos.
Reconoció que delincuentes se han infiltrado al transporte público sin itinerario fijo y esa situación ha ocasionado problemas, pero lo más grave –añadió- es que se pone en evidencia al servicio público y genera desconfianza entre la ciudadanía.
“El problema es que el transporte es muy vulnerable a este tipo de situaciones y cualquier persona viene a parar al servicio de taxi, personas que cometieron delitos hace 15 o 20 años se convierten en choferes. Es por eso que hemos insistido en el padrón de operadores, para que tengamos un registro de los antecedentes de cada conductor”.
Mientras tanto, las medidas de seguridad para los transportistas son las mismas que se establecieron hace unas semanas, procurar no prestar servicio a altas horas de la noche y de hacerlo con servicios contratados, no circular por zonas peligrosas y estar en contacto con la central de taxis.
De hecho, Delgadillo Saavedra dijo que es un número reducido de operadores los que salen por las noches a trabajar y los que lo hacen, se ubican en zonas comerciales, restaurantes y bares bien ubicados.