Cuernavaca, Morelos.- El sindicato magisterial llamó a que durante este periodo vacacional se avance de forma sustancial en el mejoramiento de las condiciones en las que se imparten clases, pues en esta temporada de calor, la salud de los niños y de los profesores está en riesgo por las altas temperaturas en las aulas provisionales.
Ante la inconformidad de maestros de grupos de la llamada disidencia, por la situación en la que se encuentran -a más de seis meses y medio del sismo- cientos de grupos escolares, la secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Sección 19, Gabriela Bañón Estrada, llamó a las autoridades a reforzar la labor que se ha hecho para dar -al retorno del período de receso- mejores espacios a estudiantes y profesores durante esta temporada de intenso calor.
Comentó que antes de salir de vacaciones, los maestros comenzaron a tomar algunas medidas para prevenir afectación en los menores, tales como la insolación o el llamado “golpe de calor”.
Por ejemplo se limitaron o suspendieron las actividades físicas al aire libre donde no hay techumbres, especialmente con los niños más pequeños.
“Lo que nos preocupa más es donde se tienen las aulas provisionales, en esos lugares hay espacios muy calurosos; esos espacios generados por los daños provocados por el temblor no son los adecuados, no resisten ni las lluvias y las altas temperaturas”, aseveró, al asegurar que hay quejas de profesores por esta situación.
Ante las inquietudes, el SNTE está recabando las denuncias y se está solicitando a los directores que se hagan algunos acomodos o se tomen algunas acciones concretas.
Pero advirtió que si no se mejora esta situación tomarán medidas importantes, ya que los meses de abril y mayo se prevén de mucho más calor y en algunos casos no es posible siquiera dar las clases porque los infantes no pueden poner atención, les da sueño y corren riesgo hasta de desmayo o deshidratación.
Insistió en que queda una semana para el regreso a clases y por lo tanto las autoridades pueden actuar desde ahora para atender este tema que, de no ser tomado en cuenta, podría convertirse en un problema social por la inconformidad de los padres de familia, de los propios maestros e incluso llegar a ser un problema de salud en las comunidades.