No obstante que las actividades han logrado recuperar la normalidad en Cuernavaca y el área conurbada, “todavía desde el exterior se sigue pensando que los efectos del terremoto -del pasado 19 de septiembre- nos tiene de rodillas y la afluencia turística está bastante decaída”, consideró el presidente de la Cámara Nacional del Comercio en Pequeño (Canacope), José Salgado Patiño.

Dijo que en encuentros con organizaciones, cámaras y líderes gremiales en el rubro de prestación de servicios, la posición ha sido solicitar a las autoridades estatales el diseño de una campaña turística agresiva, como ya la han puesto en marcha otras entidades, a fin de devolverle algo de vida, sobre todo al comercio.

Por encima de las pérdidas que se hayan tenido a partir de fenómenos meteorológicos o naturales, el mercado requiere reactivarse, porque el consumo es bajo y hay establecimientos que ya vienen cerrando porque tienen números rojos y con ello muchas fuentes de empleo también se están perdiendo.

Salgado Patiño agregó que hay que promover a la entidad, tanto en la región centro del país, de donde proviene el 80% de quienes nos visitan, como en el extranjero, porque los contingentes de turismo a ese nivel cayeron de forma importante, debido a una mala percepción que se tiene respecto a la situación que se enfrenta.

“LE APOSTAMOS AL BUEN FIN”

Insistió en que las cosas en relación al comercio siguen difíciles pero “ahora le apostamos al buen fin, ya que en esta ocasión se presentará a partir del 17 de noviembre a fin de lograr alguna recuperación, porque la verdad es que en años anteriores sí ha dejado buenos dividendos”.

Sin embargo, para que tenga efecto positivo, se requiere que los consumidores compren los productos locales y en tiendas pequeñas, porque si se van a las de autoservicio se beneficiará a los grandes consorcios y cadenas nacionales e internacionales y ese no es el chiste, consideró.

Pero Salgado Patiño pidió de los comerciantes mostrar honestidad y seriedad, “nos consta que en ocasiones anteriores, muchos compañeros elevaron el costo de la mayoría de sus mercancías para simular bajarlos en los días del buen fin y esa es una simulación y un acto de corrupción que no se vale”. Los descuentos, agregó, tienen que ser reales, así sean del 15 o 20%, “de otra manera sólo perderemos credibilidad y confianza de la clientela”, señaló.