La dirección de gestión ambiental de la Secretaría de Desarrollo Sustentable informó que se ha identificado al menos 15 sitios por diferentes zonas de la entidad en las que se están arrojando los desechos de construcciones demolidas por daños provocados por el sismo del 19 de septiembre. Lo anterior, a pesar de que se dispuso de otros sitios oficiales de disposición final.
El titular del área, Noé Nañez González, detalló que a una semana de ocurrido el temblor, la dependencia dio a conocer los puntos que están autorizados y adecuados para dejar los escombros. Sin embargo, admitió que se han dejado en lugares diversos: “por un tema cultural, la gente considera que esos desechos no son malos para las personas, ni para el medio ambiente, pero por supuesto que sí lo son”.
Mencionó que por lo menos se han identificado 15 lugares en los que se ha acumulado los restos de construcciones demolidas en diferentes municipios del estado, por lo que la Procuraduría Ambiental habrá de iniciar los procesos correspondientes.
Destacó que hay sensibilidad sobre las circunstancias que estamos viviendo y las que enfrentan las familias afectadas por el temblor, por lo que quizá haya flexibilidad. No obstante, apuntó que los presidentes municipales también tienen la responsabilidad de vigilar el adecuado confinamiento. Apuntó que por norma, esta conducta es sancionable y las sanciones pueden implicar multas, además de que también existen sanciones por remediación, lo que significaría a final de cuentas, que tendrían que transportar de nuevo esos desechos, ahora, al lugar apropiado.
El biólogo hizo notar la relevancia de que la población conozca que el mal manejo de los restos de construcciones puede ser peligroso. Explicó que tienen diferente composición de materiales, algunos contienen elementos dañinos, secos o inertes.
El dejarlos en las riberas o bordes de barrancas puede provocar otros peligros, entre ellos deslaves, o derrumbes por el peso, o si obstruye con el tiempo los caudales, podría provocar desbordamientos e inundaciones.
De manera insistente llamó a la población a no usar el cascajo o escombros, como relleno o fondo en terrenos particulares: “las condiciones del predio después de ese supuesto relleno, dependerá de muchos factores, entre ellos el subsuelo, la compactación de los escombros e incluso la estructura que va a contener o que se va a construir en esos terrenos”. Existe el riesgo adicional de que si se construye encima, sin la asesoría y estudios técnicos adecuados, puede haber deficiencias en la solidez del suelo y que con otro sismo subsecuente, la nueva edificación colapse o resulte dañada.
Informó que con el propósito de facilitar a los alcaldes la atención de la contingencia se analiza destinar algunos sitios intermedios de disposición, donde se concentren los desechos, con el compromiso firme de que de manera posterior sean llevados a los puntos de disposición final.