La Comisión Estatal del Agua (CEA) no ha tenido participación en el programa de instalación de bebederos en escuelas. Su titular Juan Carlos Valencia Vargas opinó que se deberá cumplir con la calidad y sobre todo con garantizar el suministro permanente del líquido, pues recordó que el 82 por ciento de la población en el estado recibe agua potable de manera “tandeada”.

“Aunque la cobertura del agua en Morelos aparentemente es muy buena, sólo el 18 por ciento de la población recibe agua de manera continua, hay un 82 por ciento que la recibe tandeada, incluidas escuelas, hospitales y casas” expresó, al destacar que el llamado tandeo puede significar que existe suministro en las tomas durante unas horas al día y en otros puntos del territorio estatal sólo unas horas al mes.

Valencia Vargas dijo desconocer por completo el proyecto de instalación de bebederos en los centros educativos como parte de los Programas nacionales “Escuelas al Cien” y “Salud en tu escuela”, este último enfocado a combatir la obesidad infantil y, por lo tanto, promueve en los niños y jóvenes el consumo de agua natural, en lugar de refrescos.

Consideró que seguramente las autoridades de educación y salud estarán atendiendo la calidad del agua que van a beber los estudiantes. En la opinión del secretario, será necesario que las autoridades determinen de dónde va a provenir el agua, porque en la mayoría de las tomas no hay servicio de forma permanente. 

Aseveró que el abasto de agua potable es muy irregular y deficiente la continuidad del servicio por parte de los organismos municipales operadores del agua, y estimó que pasarán varios años antes de que este rubro sea atendido con la calidad necesaria.

Expresó que es muy importante que los organismos municipales “empiecen desde ya” a atender ese tema que ha venido creciendo y mientras no se atienda por parte de esas instancias, habrá cada vez más problemas con el suministro.

Refirió que la mayoría de las escuelas tiene cisternas o tinacos para almacenar el agua, pero tendrían que darles mantenimiento óptimo para el consumo humano: “la recomendación general es que al menos dos veces al año se laven y se limpien bien los tinacos en casa, pero depende de la calidad del agua que les llegue, podría ser más continuo y la verdad es que casi nadie lo hace”.

Apuntó que si los bebederos son construidos e instalados de forma adecuada podrían cumplir con la norma de agua potable, lo que seguramente está en manos de las autoridades de salud y de educación.

En México se ha comprobado que hay una relación directa entre la mortalidad infantil con los temas del agua. Resaltó que, a partir del año 1998, cuando se puso en marcha el programa “agua limpia”, la reducción de la mortalidad infantil ha venido severamente a la baja, ya que la disminución ha sido de casi el 100 por ciento de las muertes asociadas a problemas del agua.

Añadió que uno de los factores en la reducción de dicho indicador de salud ha impactado el hecho de que en nuestro país casi el 80 por ciento de la población consume agua embotellada, ya no de las redes, y eso naturalmente incide en la disminución de la morbilidad y la mortalidad en niñas y niños.