Mientras algunos comerciantes y trabajadores de grandes empresas ubicadas en esta vía de comunicación se niegan a aceptar que un segundo piso pueda traer beneficios a la iniciativa privada, otros más aseguran que es necesaria una obra de este tipo para agilizar el paso de vehículos y hacer más inmediata la llegada a sus negocios.
La sucursal Plan de Ayala de la empresa “Dormimundo” fue la primera de las nueve existentes en todo Cuernavaca, y, según sus trabajadores, ha pasado por varios cambios en la avenida como consecuencia del crecimiento urbano y comercial; sin embargo, las ventas continúan, porque la gente sabe que está ahí desde hace más de 20 años.
“Fue la primera y los cambios no la han afectado; al contrario: creo que beneficiará a que los clientes lleguen más rápido a la empresa, porque la mayoría de los clientes sólo vienen a eso y no es porque pasan casualmente por aquí”, dijo el gerente de “Dormimundo”, Mario Infante.
Añadió que como empleados enfrentan diariamente el problema de circulación en la avenida y es necesaria una solución para que sea más ágil el paso de los vehículos y de la gente.
“Nosotros enfrentamos cada día el cuello de botella aquí, y pues, a la larga, cuando se termine la construcción del puente, los beneficios serán más notorios.”
Dueños de comercios aledaños al supermercado Bodega Aurrerá que se ubica frente a la glorieta Chapultepec (La Luna), coincidieron en que los beneficios serán a futuro y no a la hora de la construcción. “Es obvio que toda obra nos afecta cuando se está haciendo, pero la gente de aquí nos negamos a todo y ésta no es la excepción”, dijo Gloria Gómez, dueña de un Outlet de ropa.