Cuernavaca, Morelos.- El Consejo Consultivo de Ciencias (CCC) arrancó un movimiento para impulsar que cada vez más investigadores e instituciones conozcan y cumplan la legislación ya vigente, que permite impulsar la creación de empresas de base tecnológica o la generación de patentes.
Investigadores como Enrique Galindo Fentanes, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, señalaron que muchas instancias no han cumplido con emitir los reglamentos, pero es importante impulsar que la generación de conocimiento de alta calidad, que ya se hace en México, siga adelante con la transferencia de tecnología.
Explicó que, luego de las reformas a las leyes y su publicación en el Diario Oficial de la Federación, el 8 de diciembre de 2015, se estableció un plazo de 180 días para que las instituciones públicas adoptaran lineamientos internos con el fin de cumplir con la ley, pero “este plazo venció el 7 de junio de 2016 y la mayoría de las instituciones no lo han cumplido o han establecido normatividades que no fomentan ni la creación de empresas y la transferencia de tecnología generada en las instituciones públicas”.
La semana pasada integrantes del Consejo Consultivo de Ciencias dieron a conocer que, para apoyar este movimiento, se generó una plataforma digital en la que se brinda información sobre la nueva ley, que, entre otros aspectos, abre la puerta para que universidades y centros de investigación promuevan la creación de empresas por parte de los científicos.
Señala que, en México, el tamaño de la comunidad científica no corresponde al de la dimensión de la economía del país. En el Sistema Nacional de Investigadores hay cerca de 27 mil científicos de diferentes ramas; la publicación de avances científicos en revistas especializadas cada vez es mayor. Pero plantea que el ritmo de crecimiento en cuanto a número de patentes, por ejemplo, es inmensamente menor, en comparación con países como España o Brasil.
Los investigadores promotores de este movimiento señalan que hay gran generación de conocimientos, pero muy poco interés en la explotación comercial de esos conocimientos y transferencia tecnológica que hoy en día necesita México.
De ahí que destacaron la importancia de empujar este eslabón de la cadena, para que más científicos generen las empresas y que protejan con patentes sus logros para su posterior uso o aplicación.
En el documento que publica dicho Consejo se sostiene que, de no dar un paso adelante, se corre el riesgo de que el producto de la investigación se quede en la publicación sólo como alimento al ego o para engrosar un curriculum vitae, pero no genera más recursos, los cuáles, además, podrían ser reinvertidos en más investigación de la ciencia.
Galindo Fentanes enfatizó que anteriormente había limitantes, porque alrededor del 70 por ciento de los investigadores laboran para universidades o instituciones públicas, y tenían prohibido generar empresas con el fruto de sus investigaciones, Pero a partir de la reforma del 2015 esa limitante ya no existe y se plantean nuevas formas de combinación de esfuerzos y resultados.
El CCC señaló que el decreto presidencial ya referido (publicado en diciembre del 2015), “no ha sido internalizado en la práctica por el Ejecutivo, a través de instancias como la Secretaría de Hacienda o la Secretaría de la Función Pública, de ahí la importancia de este movimiento, para fortalecer el interés de los científicos y a la vez empujar la puesta en marcha de los mecanismos necesarios que permitan la creación de dichas empresas.
Como parte de esta iniciativa, apoyada por destacados investigadores y miembros del CCC, se conformó la plataforma digital “Empresas de base tecnológica”, en la que los investigadores con vocación empresarial pueden consultar los materiales acerca de las modificaciones legislativas, así como algunos casos de éxito de empresas de este tipo en México.