La señora Jessica Marisol Millán Pérez expuso que todo comenzó tan sólo por una moneda de dos pesos, que dos estudiantes, su hijo Adrián Alcántara Millán y otro de sus compañeros, ambos de 6 años de edad, reclamaban como suya.
Expuso que el martes pasado, los dos niños discutieron y la profesora revisó la mochila de Adrián y encontró dinero, por lo que fue acusado de “ratero”. Mencionó que el menor le contó lo sucedido y posteriormente su familia fue a dialogar con la maestra, pues el niño generalmente lleva dinero que le da su mamá y que el haber encontrado monedas no implicaba que él fuera ladrón. Detalló que el desayuno escolar cuesta ocho pesos y ella le ha dado en los días que lleva de clases, una moneda de 10 pesos por lo que siempre el cambio es de 2 pesos.
Abundó que consideró que ante dicha explicación, la situación había quedado aclarada, sin embargo el pasado 1 de septiembre, supo por su propio hijo, que la citada maestra llamó a los dos estudiantes, los cuestionó y les dio una vela a cada uno, diciéndoles que “al que se le termine primero, la vea y se queme, es el que está mintiendo”. Expuso que el otro estudiante se quemó con el derrame de la cera y lloró, por lo que Eugenia Medina le dio la moneda al niño Adrián. “Mi hijo se estuvo quemando con cera y se aguantó las quemaduras porque no quería quedar ante los demás como ladrón, pero después lloró mucho, porque ya ni quiere ir a la escuela por miedo a la maestra”.
La madre de familia presentó este 2 de septiembre, una queja ante la Comisión Independiente de Derechos Humanos y posteriormente ante el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), para exigir que la maestra ya mencionada sea destituida, pues los “métodos que utiliza son violatorios de los derechos humanos de los niños”.
Mencionó que ella ha pedido igualmente a la autoridad, que su hijo sea reubicado en otra escuela, pues no quisiera exponerlo a represalias y prefiere que inicie clases en otro plantel, no obstante la autoridad educativa aun no le ha dado una respuesta.
Subrayó que independientemente de que su menor hijo sea inscrito en otra primaria, demanda que se aplique la justicia para evitar que otros niños sean maltratados por dicha maestra a la que acusan. Pues refirió que hay testimonios de otras mentoras que hacen alusión al incidente y al haber hecho la denuncia ante la dirección del mismo plantel, otras profesoras se dedicaron a cuestionar al otro estudiante, de nombre Ulises, quien de igual forma lloraba durante los cuestionamientos que se le hacían y musitaba que “la maestra me dijo que no robara”.
Mencionó que finalmente la subdirectora, le hizo entrega del expediente de su hijo, pero no tiene conocimiento de qué sucedió con el otro estudiante, quien también habría sufrido el acorralamiento y coerción por parte de la profesora, sin importarle que se quemaran con la cera de la vela encendida.