Para el presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rodolfo Becerril Straffon, este 2016 ha sido “un año de penurias políticas”, de confrontación entre poderes, grupos políticos y hasta diferencias al interior de los partidos.
Habla un poco del conflicto actual en el que los poderes estatales vienen buscando la destitución del presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo, y refiere que “en todo esto hay quienes dicen verdades a medias..."
Incluso, considera que no se puede tomar partido porque la situación está tan polarizada y casi personalizada que para ellos hablar a favor de alguno es ser enemigo del otro y entonces “lo mejor es no caer en medio de las patas de los caballos”, por eso, lo más sano es abstenerse de opinar.
De Becerril Straffon se pueden cuestionar muchas cosas, sin embargo, se trata de un hombre con una amplia carrera política y profesional, porque como economista es muy bueno y como pocos tiene muy claro el escenario en el que nos encontramos en estos momentos, que, a su juicio, es de profunda preocupación, porque algunos de los principales actores se han olvidado de que tienen responsabilidad con la sociedad, a la que vienen dejando en medio.
Frente a quienes insisten en que el juicio político en contra del alcalde se está ajustando a los tiempos procesales, recuerda que en lo relacionado a Jorge Carrillo Olea, en 1998, y lo de Sergio Estrada Cajigal, a mitad de su sexenio, se requirieron en promedio de seis meses. Aquí han bastado cinco días, a cualquier observador le queda claro que hay premura por sacrificarlo “y todo eso genera sospechosismo”.
Aclara que el alcalde de la capital no es santo de su devoción, pero tampoco eso significa que tenga algo en su contra; no obstante, piensa que, como cualquier otra persona, tiene derecho a defenderse. Es decir, lo que acontece hoy en el caso de Cuauhtémoc Blanco Bravo es tema obligado para cualquier personaje de la política y de la función pública.
Incluso si usted dialoga con algún funcionario de primer nivel de la administración pública del estado, lo primero que quiere saber es su opinión en torno al caso, muy específicamente por tratarse de un futbolista como “el Cuau”, la interrogante suele ser quién va ganando el encuentro.
Curiosamente, aún para los de casa al edil se le ha victimizado y se está actuando con saña en su contra, aunque ellos tienen el cuidado de no señalar directamente a los responsables por razones entendibles.
Por todo lo anterior es que para el presidente del CDE priista, nos encontramos en un momento en el que se observan graves problemas de ética y moral públicas que demandan de una profunda reflexión y análisis para encontrar las razones y motivos de tal degradación.
Y claro, la pregunta obligada: ¿cuál es la posición de la dirigencia tricolor ante el comportamiento de sus diputados locales en este asunto? Becerril advierte que cada uno de sus representantes populares se movieron de manera indistinta, destacando además que “cada quien, de manera personal, tendrá que asumir sus responsabilidades”.
Pero independientemente de cómo pudiera resolverse este enfrentamiento, el doctor en economía estima que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), si llegara a encontrar culpable a Cuauhtémoc, deberá de pronunciarse respecto a todas aquellas decisiones que tomó durante este año, si fueron válidas o carecen de legalidad, porque no es sólo el hecho de dejarlo fuera de la presidencia.
Si bien anticipa que lo más sano es mantenerse al margen del pleito, finalmente acaba dando su opinión y enjuiciando a algunos de los personajes en escena, pero como suele suceder siempre, Rodolfo Becerril reconoce que sus declaraciones son en su carácter de dirigente estatal de un partido, no personales.
“Ustedes lo saben, porque también trabajan para una empresa y deben ajustarse a sus lineamientos. A mí me pasa lo mismo, es el CEN el que orienta nuestras posiciones”, resaltó.
Y más adelante aclara que “una cosa será ya cuando deje de serlo, entonces seguramente el posicionamiento será muy diferente porque habré de hacerlo desde una perspectiva personal”. Y Como la mayoría de quienes han venido dando seguimiento al tema, se sigue haciendo la interrogante en torno a cuál ha sido el objetivo de esta persecución al alcalde, porque más bien pareciera que le vienen haciendo precampaña hacia las elecciones de 2018.
Porque reconoce que si la idea era desgastarlo, el efecto ha sido todo lo contrario: han agigantado su figura política y por lo menos los diputados lo han convertido en víctima.
Luego coincide con quienes insisten en que se debió actuar desde el principio y en este punto refiere que el PRI insistió mucho en la ilegalidad de algunos documentos aportados por el entonces aspirante a la comuna capitalina, sobre todo el de la residencia, pero las instancias competentes en la materia lo desestimaron. “Al final, nosotros optamos por respetar las decisiones de los órganos electorales.”
A propósito del caso, hay muchos que consideran que debería instalarse una mesa de consulta pública en Plaza de Armas para preguntarles a los ciudadanos, sobre todo de Cuernavaca, sobre el caso. Y, en efecto, como que sería mejor dejar la decisión en aquellos que votaron por él, es lo más sensato.
Sin embargo, a pesar de las presiones y la prisa de quienes desean sentenciar al alcalde de inmediato, Rodolfo Becerril advierte que una vez en manos de la Suprema Corte, el procedimiento tendrá que ajustarse a los tiempos legales y se prolongará considerablemente. El señor sabe lo que dice, porque conoce del comportamiento institucional y ha estado dentro del sistema por muchos años. Pero, lo más importante: no tiene conflicto de intereses en esto, lo ve desde la barrera y con más serenidad.