El activista y militantes de izquierda despareció el 16 de diciembre de 1988, cuando iniciaba el sexenio del presidente, Carlos Salinas de Gortari, y del entonces gobernador de Morelos, Antonio Rivapalacio, periodo durante el cual –estimó la CIDHM- fueron perpetrados más de 600 asesinatos de activistas de oposición en todo el país.
El vocero de la comisión independiente, José Martínez Cruz, sostuvo que las desapariciones y asesinados hasta ahora no han sido esclarecidos y permanecen en la impunidad, pues las investigaciones fueron estancadas y las autoridades se dedicaron a descalificar a las víctimas para justificar su omisión, complicidad o responsabilidad en los crímenes.
Recordó que José Ramón fue visto por última vez en el municipio de Cuautla y, de acuerdo con testigo, fue detenido por agentes policiacos que formaban parte del Grupo de Investigaciones Políticas de la Policía Judicial, creado por mandato del otrora gobernador, Antonio Riva Palacio López, dirigido por los comandantes Antonio Nogueda y Apolo Bernabé Ríos García.
A casi tres décadas y tras el fallecimiento de estos tres personajes implicados, la desaparición de José Ramón y decenas de personas más quedó sin esclarecerse y en la impunidad.
Martínez Cruz criticó que la desaparición forzada siga siendo un método común del Estado para combatir a sus críticos y opositores.
“Hay similitudes con la situación actual en 2015 por la vieja práctica política de utilizar la desaparición forzada como una biopolítica del poder en contra de luchadores sociales, ahora extendida a miles de personas mediante la acción, omisión o aquiescencia del Estado.
“Dar por muertos a los desaparecidos es la misma decisión de los gobernantes, desde el procurador de entonces hasta el actual que pretende cerrar el caso de los 43 con la entrega de cenizas. La fosa clandestina en Tetelcingo es solamente la continuidad de estas nefastas prácticas de un terrorismo de Estado que desaparece vivos y muertos, pretendiendo desaparecer la memoria y enterrar el olvido”, subrayó.
En el zócalo de Cuautla, los integrantes del organismo no gubernamental realizaron un acto conmemorativo para mantener la exigencia de justicia y verdad a 27 años de la desaparición de José Ramón y “para decir que no olvidamos, porque una sociedad que olvida los crímenes de lesa humanidad está irremediablemente condenada a repetirlos una y otra vez. Y no debemos acostumbrarnos al horror cotidiano”.