Mientras tanto las oficinas del sindicato fueron cerradas, porque hasta el momento la situación no está definida, pues a penas el pasado 26, María Eugenia Reyes Martínez, justo el día en que los empleados salieron de vacaciones, fue electa en asamblea extraordinaria como nueva secretaria general del sindicato.
Tras cerrar de manera temporal sus oficinas, el secretario general destituido por la asamblea, dijo que no está aferrado al cargo y que si su dimisión ayuda a lograr la unidad de los 103 empleados sindicalizados “entonces así lo haré”.
Sin embargo dijo que hace semanas, después de que el TECA se negó hacer la toma de nota optó por interponer un amparo, que está por resolverse en los próximos días.
“Y está claro que no se puede hacer nada, pues el TECA tampoco puede hacer la toma de nota de María Eugenia, así que lo que yo les he pedido es esperar a ver qué pasa con el amparo”, agregó.
Román Salgado consideró que ha sido mal juzgado por los agremiados del sindicato, que lo acusan de haber defendido al anterior líder, Gabriel Ramos, que presuntamente tramitó créditos con una financiera para quedarse con el dinero, dejando como aval al sindicato, y hasta el momento no ha respondido.
“Yo no defendí a nadie y sí quiero decir que ya teníamos acuerdos con la financiera, pero digamos que éstos han sido suspendidos por lo que ha pasado en los últimos días con el sindicato”, indicó.
El dirigente sindical insistió que él no está aferrado al cargo, que si es necesario dejará el mismo, pero aclaró que es muy importante esperar la resolución del Juzgado de Distrito que conoce del amparo que interpuso.
Finalmente, consideró que en unos días tendrá que quedar definida la situación del sindicato, pues reconoció que ninguna de las dos dirigencias ha sido reconocida por las autoridades y ello implica no continuar las pláticas con los diputados para establecer el aumento salarial de este año.