Martínez Cué fue el único legislador que no firmó la presentación de ese proyecto ante el Congreso local y en el momento se la votación de la misma se abstuvo para contribuir a que fuera rechazada, a pesar de valor social que buscaba defenderse en el frustrado ordenamiento.
La iniciativa, elaborada a raíz de la petición social de frenar la exposición de niños y jóvenes a la pornografía y a imágenes de violencia explícita, buscaba poner freno a los daños a la personalidad que puede causar la convivencia con materiales visuales que no son comprensibles para las mentes en formación.
De acuerdo a las quejas, ese tipo de contaminación amenaza con deformar la personalidad de niños y jóvenes que se someten a ese tipo de imágenes y que –por ejemplo- crecerán pensando que las mujeres sólo son objetos sexuales.’
Aunque luego del rechazo de la ley hubo un arrepentimiento parcial de los legisladores, lo cierto es que actualmente en Morelos los menores de edad siguen expuestos a imágenes de crueldad extrema o de pornografía, que ni los propios padres puede evitar ya que esa contaminación se da en cualquier rincón de la vía pública.