La citada iniciativa, que tuvo a su principal enemigo al diputado Fernando Martínez Cué- el único que desde el principio se opuso a darle trámite a la propuesta- no limitaba la difusión de los medios de comunicación, sino sólo su exhibición pública indiscriminada cuando sus portadas tengan imágenes con alto contenido sexual o de violencia.
La negativa activa de 16 diputados y -pasiva de otros que se abstuvieron a dar su voto- permitió que niños y jóvenes sean bombardeados todos los días en la vía pública con imágenes grotescas de alto contenidos sexual y violento.
Quienes se oponen a lo que se considera este mal social han señalado que son numerosas las muestras de inconformidad por el rechazo a las medidas propuestas, por lo que buscarán los medios para presentarla nuevamente y de esa manera dejar expuestos –señalaron- a los legisladores que están de acuerdo en que nuestros hijos convivan todos los días con la pornografía, a pesar de que asumen posturas moralistas en su vida pública.
Indicaron que tomarán en cuenta opiniones como los de organismos que luchan contra la trata de personas y concretamente contra la explotación sexual de las mujeres, a fin de perfeccionar el texto e incluir soluciones a esa preocupación.