Para el presidente de la Primera Sala, los jueces tendrán herramientas que hoy no tienen porque la ley anterior resultaba sumamente rigorista. Por ejemplo, dijo, con la reforma se protegerán los derechos humanos establecidos en tratados internacionales; se ampliará el concepto de autoridad para efectos del amparo; se resguardarán intereses difusos y colectivos; se realizarán simplificaciones procesales para evitar que los juicios se alarguen y, de manera muy importante, se hará la declaratoria general de inconstitucionalidad.
No obstante las reformas en vigor, el ministro reconoció que México tiene un problema grave de justicia. “Es un tema en el que todos estamos conscientes, y creo que tanto la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en particular, como el Poder Judicial de la Federación, en general, estamos tratando de hacer la parte que nos corresponde. Precisamente por eso la corte impulsó durante mucho tiempo esta reforma en materia de amparo para tener mayores instrumentos de defensa de los derechos humanos”, subrayó.
Aunado a lo anterior, dijo, el Alto Tribunal se esfuerza en establecer una muy rica jurisprudencia en materia de derechos fundamentales.
“(Los ministros) hemos tratado de hacer la parte que nos corresponde, que desde luego no quiere decir que estemos satisfechos porque creo que el tema de procuración y de impartición de justicia en México es grave”, manifestó.
Zaldívar Lelo de Larrea consideró que el problema de procuración e impartición de justicia también tiene que ver con una cultura jurídica de los abogados en México, porque “hablamos mucho de los jueces, de los Ministerios Públicos, pero poco se habla de la ética y de la preparación profesional del gremio de los abogados”, dijo.
Comentó que uno de los retos a los que se enfrentará el amparo será al de ajustarse o adaptarse al nuevo sistema penal acusatorio ya que dará a este medio de defensa mayor flexibilidad.