A finales del sexenio anterior, la Secretaría de Movilidad y Transporte repartió más de cinco mil permisos con fines electorales, afirma el líder de taxistas.
La venta indiscriminada de permisos durante el sexenio agudizó la sobresaturación del servicio y el pirataje, señala.
“Los niveles de corrupción con los que se manejaron extitulares de la Secretaría de Movilidad y Transporte en el sexenio anterior hacen que todavía en la mayoría de los rincones de esa dependencia apeste”, señaló Víctor Mata Alarcón, miembro de la Coalición de Representantes de Transportistas de Morelos.
Para comenzar, abundó, son más de cinco mil los permisos o supuestas concesiones que a finales del sexenio se comprometieron con algunas agrupaciones, a fin de sacar ventajas electorales, pero que jamás fueron regularizados y se dejaron como herencia.
Al respecto, aclaró: “Nosotros no tenemos ningún inconveniente en el sentido de que la SMyT intensifique los operativos para ubicar a todas esas unidades irregulares y, conforme a los antecedentes, sacarlas de circulación o llegar a alguna definición, pero a decir verdad, ya se le tiene que dar vuelta a esa hoja”.
Reconoció que esos autos suelen ser utilizados por maleantes para delinquir y dijo que “pudimos darnos cuenta con un supuesto taxi en el que viajaban ladrones que despojaron a unas mujeres de sus bolsos por el rumbo de Acatlipa, en Temixco, y, como ese, se han dado un sinnúmero de casos”.
“Insistimos, hay muchos olores nauseabundos en torno a la dependencia y esperamos que el secretario en turno, Víctor Mercado Salgado, quien tiene mucha experiencia en el ramo, logre desarrollar un trabajo distinto y así regresarle la legalidad al sistema estatal del transporte en todo el estado, porque la anarquía alcanza todos los rumbos de la entidad”.
Mata Alarcón agregó que en el servicio de transporte sin itinerario fijo hay una sobreoferta, consecuencia de la venta indiscriminada de concesiones y del uso faccioso de facultades para hacer negocio por parte de quienes han pasado por la secretaría en referencia.
Desde la administración de Antonio Riva Palacio, destacó, se hizo del tema un negocio, “pero con el exgobernador Graco Ramírez esto llegó a su máxima perversión, porque fue literalmente, no la caja chica, sino la caja grande, desde donde se obtuvo mucho dinero, sobre todo para asuntos político-electorales, aunque al final miles de interesados fueron engañados porque las promesas no se cumplieron”.
Pero consideró que se trata de decisiones institucionales, no personales, por eso se deberán aplicar las acciones que correspondan para poder combatir los vicios e irregularidades que son causa de conflicto al interior de las organizaciones del ramo.