Los resultados del peritaje realizado por especialistas independientes confirmaron que el socavón que se abrió en el kilómetro 93+857 del Paso Exprés, fue producto de fallas y omisiones cometidas por servidores públicos y las empresas implicadas en la construcción y supervisión de la obra carretera.

El peritaje fue entregado a la Secretaría de la Función Pública (SFP) y a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y en él se explicaron los factores que ocasionaron el colapso y originaron el hundimiento en el Paso Exprés, que cobró la vida de dos hombres que a bordo de su auto cayeron en el socavón y murieron por asfixia tras maniobras fallidas de rescate.

Durante la conferencia de prensa que se difundió en vivo, vía internet, el director general de carreteras de la SCT, Clemente Poong Hung, afirmó que el peritaje indica que “hubo fallas y omisiones en el diseño, en la ejecución y en la supervisión en el kilómetro 93+857, tanto de las empresas encargadas como de servidores públicos”.

“A partir de las investigaciones transparentes, rigurosas y precisas, y del dictamen pericial técnico, el área jurídica de la secretaria y de la Secretaría de la Función Pública están trabajando para deslindar responsabilidades de cada una de las etapas del proceso constructivo”.

Indicó que dado que los contratos con las empresas implicadas están vigentes y no ha sido finiquitados, se cuenta con fianzas y seguros de responsabilidad civil, lo que significa que se cuenta con mecanismos para que, a partir del deslinde de responsabilidades, se ejecuten las acciones administrativas correspondientes.

Señaló que la SCT trabaja en la solución definitiva. “Sabemos que hay molestias y por eso estaremos trabajando las 24 horas del día durante el periodo en que se haga la construcción” del nuevo puente, el cual tendrá 48 metros de longitud y estará apoyado en columnas de 15 de profundidad y 10 metros superficiales.

Adicionalmente, debajo del puente se hará una canalización para evitar la obstrucción del cauce de la barranca Santo Cristo y, con ello, asegurar a los habitantes en los márgenes del Paso Exprés que no habrá futuras inundaciones.

Recalcó que la terminación de la obra está prevista en 10 semanas, sin embargo, esta vez se priorizará la seguridad por encima de los tiempos. “Tenemos que trabajar con rapidez pero no debemos descuidar la seguridad para poder tener esta obra en el menor tiempo posible y restablecer el tránsito otra vez, de diez carriles de circulación”.

Durante la conferencia de prensa, el director del Centro de la SCT en Morelos, Héctor Castañeda, aseguró que la dependencia federal se ha responsabilizado de los daños ocasionados a vecinos cuyas casas y autos resultaron dañados durante las inundaciones provocadas por la alcantarilla obstruida y el taponamiento de la barranca de Santo Cristo, tras el socavón.  

Dijo que 12 familias damnificadas fueron alojadas en hoteles, mientras que a vecinos de la privada Mitre y Camelinas, así como de la unidad habitacional Jardines de Palmira, que fueron los que sufrieron daños a sus bienes, se les realiza la reposición o reparación.

De siete vehículos dañados, dijo, cuatro ya fueron reparados y los otros siguen en el taller. De igual forma, de los dos departamentos inundados, uno de ellos está en reparación. Aseguró que sostiene reuniones semanales con los vecinos para atender los pendientes.

Derivado de las fallas y omisiones evidenciadas en la construcción del Paso Exprés, Felipe Verdugo, director general de Servicios Técnicos de la SCT, informó que se emitirán nuevos lineamientos en las obras de drenaje y puentes en la infraestructura carretera, considerando el crecimiento de los asentamientos humanos y factores como el arrastre de desechos urbanos y modificaciones de cauces y corrientes que pueden provocar socavaciones.

También, dijo, se prevé establecer nuevas sanciones por incumplimiento de seguridad, pues hasta ahora el tema estaba focalizado en penalizaciones por incumplimiento de los tiempos de ejecución de las obras. 

Tubo se fracturó por trabajos de construcción del Paso Exprés: Colegio de Ingenieros

El dictamen técnico que el Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Morelos elaboró en relación al socavón del Paso Exprés revela deficiencias en el proceso de construcción de esta vía a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

De acuerdo con las conclusiones del estudio técnico, en octubre de 2016, en la misma zona de afectación del socavón, se presentó un deslave del terraplén, debido a las intensas lluvias de la temporada y a los trabajos que se realizaban en el Paso Exprés, lo que provocó la caída de diversas estructuras que se alojaban sobre el talud del terraplén, como el muro de mampostería de piedra que se tenía encima de la alcantarilla y fragmentos de pavimento del acotamiento y parte del carril de baja del Cuerpo “B”.

Además, con los trabajos de recuperación del terraplén se aplicó carga estática y dinámica sobre el tubo de concreto de la alcantarilla, debido a los movimientos de maquinaria pesada y al relleno realizado hasta el nivel de la superficie de rodamiento.

“Durante el procedimiento constructivo de los muros de contención y la estructura del pavimento, el tubo de concreto de la alcantarilla se sometió nuevamente a carga dinámica con el equipo de excavación y compactación”. 

“Con la construcción del muro de contención, desplantado sobre el material de relleno arriba de la alcantarilla, se vieron incrementadas considerablemente las acciones gravitacionales, sometiendo al tubo de concreto a una carga adicional; es importante recalcar que los muros de contención no se desplantaron sobre el terreno natural resistente”, señala el dictamen.

La presión ejercida sobre el tubo, aunado a que la tubería tiene una antigüedad de más de 40 años, se debilitó y provocó una falta de continuidad en los acoplamientos y desplazamiento en la alineación de la misma.

“Si bien no se cuenta con la evidencia que conste cuál de los factores fue la causa que originó la falla en la alcantarilla, uno o la combinación de éstos fue el causante”, indica el dictamen.

Luego de esto se presentó una obstrucción parcial de la tubería con basura y elementos de arrastre. 

Dadas las condiciones de la tubería y, con las lluvias del mes de junio del 2017, se originó la salida del agua por las juntas de los tubos de la alcantarilla, generando erosión interna en los materiales del terraplén, terminando por arrastrar parte de material de sustento de la zapata del muro de contención, además del propio del terraplén. 

Al presentarse arrastre de materiales del terreno de desplante y terraplén, se ocasionaron oquedades de tamaño considerable, por lo que se intentó rellenar estas mismas mediante el vertido de concreto, con la intención de restituir el material erosionado.

“La acción del vertido de concreto se realizó con el objetivo de mantener el sustento de los muros de contención, sin concentrarse en el origen del problema, que era reencauzar el flujo del agua por el interior de la alcantarilla”. 

“El relleno con concreto terminó por sellar la zona visible desde aguas abajo pero no alcanzó a rellenar completamente las oquedades. Durante este procedimiento la alcantarilla continuó funcionando con las juntas abiertas”, indican los ingenieros.

Al presentarse un nuevo evento de lluvia en el mes de julio, agrega el dictamen, el grado de obturación de la tubería se incrementó reduciendo el caudal que era capaz de transitar por la alcantarilla; a pesar de que no eran gastos considerados excesivos, la alcantarilla nuevamente no fue capaz de conducirlo libremente, por lo que el flujo excedente fue expulsado hacia el exterior, ampliando la erosión. 

“El agua alcanzó nuevamente el material de relleno poco competente, lo que, aunado al aumento de la presión del agua, rompió las paredes del mismo terreno, creando nuevos conductos de flujo y una galería de erosión ampliada.

“En esta etapa, el peso adicional del concreto, el debilitamiento de las paredes de la tubería y el incremento de la separación de las juntas entre los tubos originaron el colapso de la tubería, al caer el concreto que había sido vertido inicialmente para dar sustento a la cimentación del muro de contención”.

Estas nuevas cavidades originadas por los flujos de agua se intentaron rellenar nuevamente con concreto, pero en el mismo sentido que el primer intento, es decir, rellenando únicamente la parte visible sin constatar si este concreto rellenaba por completo las oquedades presentes.  

Esta inyección de concreto incrementó el aplastamiento de la tubería.

Los diferentes eventos de flujo fuera del conducto de la alcantarilla crearon una galería de erosión de tamaño considerable que nunca se reforzó o estabilizó adecuadamente, formando una especie de caverna.

“Con la lluvia de la noche del 11 de julio y la madrugada del 12 de julio se formó un embalse con un tirante de 6.5 metros, el agua acumulada, al no fluir libremente, indujo un aumento en la presión interior de la alcantarilla, generando la migración de flujo hacia el exterior en las zonas adyacentes, lo que amplió el tamaño de la galería.  

“Debido a las altas velocidades internas, se generó un arrastre de materiales tan grande que provocó una pérdida generalizada de sustento en las estructuras y el colapso del terraplén en la zona subyacente del socavón”, señala el dictamen.