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Hay varios niveles de perversidad, pero creo que uno de los más grandes es el alcanzado por Abel Espín García (presidente del PRD y padre de un jefe policiaco que cuando ingiere alcohol pierde los estribos sin temor a ser castigado) quien encontró la manera de hacer pedazos al nuevo partido rival, Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) que desde antes de nacer comenzó a arrancarle militantes al perredismo, cuyo triunfo en las pasadas elecciones fue más producto del efecto López Obrador que por méritos propios.

Arturo Flores Solorio afirma que se queda en el “Sol Azteca”;

Ante la cercanía del proceso electoral del próximo año, inició la desbandada de militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del Partido del Trabajo (PT), para adherirse a Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).