El presidente de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), Basilio González Núñez, aseguró que el salario mínimo en México debería ser superior a los 200 pesos.
El poder adquisitivo ha perdido más de un 70 por ciento en los últimos 40 años. Actualmente el salario mínimo se encuentra en 73.04 pesos, luego del aumento de 2.94 pesos desde enero de este año.
“El elemento sustantivo que debe fundamentar el incremento salarial es el aumento de productividad”, expuso González Núñez durante el Encuentro de Especialistas sobre Salario Mínimo.
Sin embargo, en el país se da el llamado “efecto faro”.
“El incremento al salario es referencia para fijar otros salarios, hecho que se conoce como ‘efecto faro’, así por usos y costumbres se fijan los salarios”, declaró en el evento organizado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
Respecto a la reforma constitucional sobre la desvinculación del salario mínimo al pago de multas, el titular de la Conasami afirmó que no será una solución mágica.
“La magia en materia salarial no existe, más que en la cabeza de quienes la piensan. Desgraciadamente nos enfrentamos al uso del salario mínimo no para lo que constitucionalmente fue creado, sino para más allá de ello”, dijo.
Una investigación del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) determinó que es “humanamente imposible” que un trabajador pueda acceder a la Canasta Obrera Indispensable (COI), aquella que contempla alimentos y servicios, ya que para ello, tendría que laborar en jornadas de 51 horas con 44 minutos.
Académicos de la Universidad señalan la urgencia de incrementar el salario nominal de los trabajadores que arrastran una historia trágica desde la década de los 70.
Este escenario es resultado, dice el estudio, de las políticas económicas, salariales y sindicales de cada uno de los gobiernos en turno y a favor de grandes empresas tanto nacionales como extranjeras, “políticas con expresiones y rostros que han esclavizado a los trabajadores mexicanos en condiciones de vida y laborales cada vez más precarias, miserables, expresadas y concretadas, entre otras, mediante incrementos salariales nominales significativamente menores al aumento en el costo de vida de las familias trabajadoras”. | Sin Embargo