La historia de la Ciudad de México se remonta a varios siglos atrás, la nostalgia y curiosidad siempre hacen que sus ciudadanos volteen a ver las viejas fotografías de sus calles y avenidas para ver cómo lucían anteriormente, y si se tiene suerte se podrán reconocer algunos rincones, dando pie a la imaginación de cómo pudo haber sido la vida antes. Aunque resulta tétrico pensar que bajo el lugar que habitamos, trabajamos o estudiamos, se encuentran cientos de cuerpos enterrados, cosa que sucede en la mayoría de colonias populares al centro de la ciudad y muchos de sus habitantes y transeúntes lo ignoran.
No hay que olvidar que la Ciudad de México, antes capital de la Nueva España, originalmente Tenochtitlán, comenzó a crecer desde lo que ahora conocemos como el Centro Histórico, muchos de los territorios circundantes delimitaban la ciudad y eran considerados “las afueras”, terrenos llanos que poco a poco se encargaron de recibir a todos los cuerpos de los difuntos de la ciudad, este es el caso de algunos sitios que ahora conocemos como las colonias Doctores, San Rafael, Guerrero, Roma Sur, Centro o Xoco. Por cuestiones demográficas y sanitarias, la mayoría de estos sitios fueron demolidos, olvidados y eventualmente se convirtieron en terrenos para nuevas construcciones, pero eso no quiere decir que sus antiguos habitantes hayan abandonado sus lugares de reposo eterno.
Colonia Guerrero
Según el diario El Universal, en esta colonia se encontraba el antiguo panteón de Santa Paula, a un lado del actual Eje Central. Hay indicios de que fue inaugurado en 1779 para recibir los cuerpos de fallecidos por cólera, pero eventualmente fue utilizado para otro tipo de cadáveres. Su saturación obligó a las autoridades a clausurar este cementerio, sin embargo muchos de los cuerpos que aquí reposaban no fueron exhumados, fue clausurado en 1871 y su capilla se conservó hasta 1960, la cual se encontraba cerca del Paseo de la Reforma y la calle de Riva Palacio, este cementerio se extendió hasta su anexo conocido como el Camposanto de San Andrés. Ahora se pueden apreciar numerosas casas y unidades habitacionales en todo este territorio
Guerrero también albergó otro panteón de menor extensión: el que pertenecía a la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles.
Colonia San Rafael
Por su parte, la colonia San Rafael, siempre ha sido reconocida como una de las más céntricas y privilegiadas, sin que sus vecinos y habitantes sepan que debajo de muchas de las casas en las que viven existía un panteón, el famoso Panteón Inglés, el cual estaba reservado para todos los ciudadanos de origen británico que llegaron con intenciones comerciales entre 1800 y 1900 para establecer su vida familiar en México. Este sitio se encontraba delimitado por lo que hoy conocemos como el Circuito Interior. Curiosamente el cementerio fue clausurado para la construcción de esta vía en 1976. Se sabe que los cadáveres no fueron exhumados.
Colonia Doctores
Aquí se encontraba otro de los camposantos más grandes de la ciudad del siglo XVIII, se le llamaba en panteón del Campo Florido, ubicado en lo que hoy se delimita por las calles de Doctor Vértiz, Doctor Pascua, Doctor Andrade y Doctor Lavista, actualmente se conserva una prueba de este cementerio: la capilla ubicada en la calle de Doctor Lavista.
Este panteón fue severamente criticado en el siglo XIX, ya que se consideraba un foco de infección y enfermedad muy peligroso debido a su cercanía a la ciudad y los miles de cuerpos que resguardaba de difuntos por el cólera, además de su cercanía con cuerpos de agua. Su fin llegó después de un terremoto en 1872, cuando se dañaron varias estructuras, algunos cuerpos se trasladaron al Panteón de Dolores.
Otro inconveniente que representaba este lugar fue que muchas personas que carecían de los recursos económicos comenzaron a enterrar a sus difuntos en ese sitio, por lo tanto existía poca regulación. A finales de 1800 los vecinos de la zona solicitaron la clausura del sitio y al poco tiempo «se tomó parte de los terrenos del panteón para abrir una vía para el tránsito y así nació la calle Doctor Andrade y tres años después se originó una parte de lo que hoy integra Doctor José María Vértiz», según el diario El Universal.
Centro Histórico, Roma Sur y Colonia Xoco
Otro de los grandes panteones de la Ciudad de México era el Panteón General de la Piedad, que tiempo después albergó el Centro Escolar Benito Juárez y el Estadio Nacional, para después convertirse en el Multifamiliar Juárez, un conjunto habitacional que se derrumbó en el terremoto de 1985.
Por su parte, en el Centro Histórico se encontraba el Panteón de San Fernando, donde alguna vez se pensó que ahí podrían descansar los restos de los Héroes de la Patria, sin embargo, este proyecto nunca prosperó y el panteón fue reduciéndose poco a poco para la construcción de calles.
Mientras que el cementerio de Xoco, en la colonia Coyoacán, ahora se encuentra el complejo de edificios del Instituto Mexicano de la Radio (IMER) y parte de la Cineteca Nacional.
Resulta escalofriante pensar en todos los cuerpos y almas que descansan (¿o no?) debajo de nuestras pisadas, curiosamente en las colonias más transitadas de la metrópoli, aunque en realidad esto resolvería muchos misterios de índole paranormal. Los niños citadinos no se equivocaban al decir que su escuela se construyó encima de un cementerio.