El pleno del Senado de la República aprobó por unanimidad reformar dos instrumentos legales para prohibir cualquier tipo de violencia como método disciplinario en contra de niñas, niños y adolescentes.
Con 92 votos a favor, se reformaron y adicionaron diversas disposiciones de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y del Código Civil Federal.
Este miércoles fue compartido el dictamen en la gaceta del Senado, en el que se dio a conocer la propuesta legislativa relativa a la prohibición del castigo corporal y humillante hacia la niñez y adolescentes.
En México la prevalencia del castigo corporal y humillante como una forma de violencia contra los infantes y adolescentes es “preocupantemente alta“, de acuerdo con las cifras presentadas por la Encuesta Nacional de Niñas, Niños y Mujeres.
El 63% de niñas, niños y adolescentes entre 1-14 años fueron sujeto a agresión psicológica y/o castigo corporal en su hogar en el mes previo a la encuesta (no especifica la fecha de la realización de la misma); el 38% fueron objeto de castigo corporal.
El 6% fueron objeto de castigos corporales severos mientras que solo el 31% experimentaron formas de disciplina no violenta.
El dictamen menciona que el problema que la iniciativa pretenda resolver es caso de que todos los días, en todo el país, niñas, niños y adolescentes sufren las causas y los efectos nocivos de castigo corporal y humillante en su desarrollo y vida. Los efectos nocivos se manifiestan en las dimensiones físicas, cognitivas, emocionales y conductuales de su desarrollo:
- Dimensión física: Daños físicos directos e indirectos como dolores de cabeza y estómago, principios de colitis, incontinencia urinaria, somatización, pesadillas y otros problemas de sueño.
- Dimensión cognitiva: Problemas de atención y retención, alteraciones de la memoria, afectación en sus posibilidades de desempeño escolar.
- Dimensión emocional: Hiperactividad, miedo, hostilidad, agresividad, ansiedad, angustia, retraimiento, transtornos depresivos y otros síntomas de estrés post-traumático.
- Dimensión conductual: Aumento de la aceptación del uso de la violencia en las relaciones con sus pares, baja autoestima, agresividad, impacto negativo sobre sus objetivos educativos como ausentismo, falta de interés, incapacidad para relacionarse, propensión a decir mentiras y hacer trampa, alcoholismo, consumo de drogas, “sexualización”, daño auto-inflingido, tendencias suicidas y dificultades para internalizar normas.
“Estas manifestaciones acompañan a niñas, niños y adolescentes hasta la edad adulta y propician la reproducción del círculo de violencia en la sociedad”, sostuvo el dictamen.