Como lo anunció en tiempos electorales, y aun en calidad de presidente electo, Andrés Manuel López Obrador no utilizará al Estado Mayor Presidencial (EMP), el cuerpo militar encargado de proteger al presidente, por lo que sus más de 4000 miembros romperán filas y regresarán a sus cuarteles, para ser integrados a la Policía Militar después, según publico Reforma.
De acuerdo con un documento interno del EMP, con fecha del pasado 13 de agosto, que reveló aquel diario, el Cuerpo de Guardias Presidenciales (CGP) será desintegrado y sus elementos pasarán a las filas de la policía militar; el documento se pide al titular del CGP que informe sobre el estado actual de la fuerza, ya que existe una orden “de alto mando”, que obliga a romper filas.
Faltan más de tres meses para que López Obrador asuma la presidencia de México, sin embargo, la orden de desintegrar al grupo de élite militar que resguarda al presidente ya habría sido dada; algunos miembros del CGP, no obstante, afirman que no han sido informados al respecto.
Según ellos, la única información que poseen, es que se está haciendo un examen y análisis de la situación de cada brigada militar, para estar preparados en caso de que la orden sea dada formalmente; pero hasta el momento, siguen en filas y al mando del presidente Enrique Peña Nieto. Así estarán hasta el primero de diciembre.
@hdemauleon dan primer paso en el desmantelamiento del Estado Mayor Presidencial... el "CGP" Cuerpo de Guardias Presidenciales se convierte en 2 brigadas de Policia Militar, es obvio que @SEDENAmx tendrá bajas y deserciones pues los CGP no estan listos para trabajo en las calles. pic.twitter.com/1pN91RgP23
— JOSUE NAVA (@snipermx) 17 de agosto de 2018
El CGP cuenta con 4,445 miembros, y depende de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), no obstante, la dependencia los usa de la mano del EMP, para resguardar los actos protocolarios del presidente en turno. El EMP fue creado en 1942 por Manuel Ávila Camacho.
Cuando el presidente electo dio a conocer su decisión de no ser protegido por el CGP, y desintegrar el EMP, los miembros castrenses consideraron desintegrar ambos grupos, y enviar a sus elementos a sus cuarteles en el Ejército y la Armada para reforzar sus tareas.
Dado que los elementos del Estado Mayor presidencial tienen adiestramiento en ataques terroristas, actos de protección a servidores públicos, y otras contingencias, los mandos militares estuvieron de acuerdo en que recibir a los miembros del EMP en la Armada y la Policía Militar sería algo muy benéfico, pues reforzaría todas sus actividades.
Así lo expresaron algunos miembros castrenses entrevistados por Reforma: “Ellos son un grupo de elite, tienen su propio sistema de inteligencia y contra inteligencia, tenerlos de regreso en las filas del ejército será una buena noticia. Ellos también son militares y deben ajustarse a cualquier misión”.
Y que los cuiden las “gacelas” porque ya no habrá Estado Mayor Presidencial. #Ridículo https://t.co/p4UZ4uw19o
— Javier Lozano (@JLozanoA) 18 de agosto de 2018
#Opinión Eso de disolver el Estado Mayor Presidencial es puro olfato político de #AMLO, porque el país no se va a ahorrar un solo centavo. @PabloHiriart dice que no se puede jugar a la austeridad con la seguridad del presidente de la República https://t.co/Wq0oIclVAg pic.twitter.com/aJIbfC7oY5
— El Financiero (@ElFinanciero_Mx) 14 de agosto de 2018
El Estado Mayor está confirmado por las fuerzas armadas, pero también por policías y civiles; son 6,316 miembros en total, de los cuales 5,898 son fuerzas armadas, 58 son policías y 360 son civiles. El nuevo presidente de México se quedaría con una ayudantía de 20 personas civiles.
Según informaron medios nacionales, esta decisión de Obrador es un arma de doble filo: por un lado, “ahorrar” los casi 400 millones de pesos que cuestan al Estado el mantenimiento del EMP, es políticamente correcta de acuerdo a su modelo de austeridad. Pero en realidad de ese dinero no será ahorrado como tal, sino que será erogado a través de otra ventanilla y no la de presidencia.
Toda vez que los miembros del mismo no serán expulsados, sino reintegrados al ejército. Por el otro: la decisión de no poseer guardia de seguridad preocupa a algunos expertos, en tanto el EMP no es un capricho político, sino una necesidad del Estado de proteger sus instituciones. Para algunos, Andrés Manuel debería atender más a las razones técnicas, que a las políticas.