Cuando Zavala tomó la decisión de salir del PAN, su círculo más cercano le avisó que una cosa era segura: la intención de votos que ostentaba hasta el momento -que la colocaba casi en empate técnico con Andrés Manuel López Obrador- seguramente se desplomaría a la mitad. El camino sería más arduo y ahora incluiría el desafío de juntar las firmas como independiente.

Los focus group que se hicieron para evaluar activos y pasivos sobre la imagen de Margarita, después de esta decisión clave, mostraron dos grandes conceptos. El primero, la gente le reconoce su renuncia al PAN como un acto de coherencia y valentía. Dijo que la cosas no estaban bien en su partido y se fue. Simple, concreto y directo. No fue un berrinche o un inexplicable rodeo, como el de Ricardo Monreal. La gente lo comprendió.

En los equipos de su campaña ciudadana recogieron este dato con optimismo por un segundo factor: el concepto de valentía disminuye los clásicos efectos negativos que tienen las candidaturas femeninas en una sociedad con altos voltajes de machismo, como sucede en toda la región. 

Pero hay más. Los cerebros de campaña "mapearon" el nuevo electorado de Margarita, tras su salida del blanquiazul. Estos mismos estudios marcaron que José Antonio Meade es la continuidad sin ningún tipo de cambios. Son las reformas estructurales, pero también los errores en materia de seguridad, la pobreza que no baja y la impunidad rampante. 

Del otro lado, casi en espejo, aparece Andrés Manuel López Obrador, que se configura como el candidato de la ruptura, de la indigación total, que según los expertos que trabajan para Zavala representan el enojo sin el ánimo de construcción. "Implican el que se vayan todos, que no quede ningún político y comencemos todo desde cero, como si nada bueno existiera en México", explicaron a LPO.

En el medio se quiere ubicar Margarita, que busca equilibrar un mensaje de continuidad en materia económica, pero con la inclusión de cambios en temas específicos. Es el lugar que suelen ambicionar todos bajo la aspiración del catch-all, siempre y cuando se logre escapar a una polarización deseada por el PRI y Morena. Se verá en los próximos meses.

Aunque todavía falta mucho recorrido, los sondeos empiezan a marcar que la elección tendrá un comienza de a tercios, y es así donde apunta su segundo gran objetivo Margarita. Las encuestas demuestran que el Frente no sólo ingresó en una meseta, sino que empezó a declinar, sobre todo después del destape de Meade.

Con la incipiente caída de Ricardo Anaya en las encuestas, Zavala se ilusiona con arrancar la pelea electoral empatando o incluso superando al dirigente panista. De bajarlo al cuarto puesto, Margarita demostraría su punto: el panismo no busca el liderazgo de "joven maravilla".

Los sondeos empiezan a darle la razón. En las últimas semanas, Meade comenzó a despegar en los estudios de opinión pública, y gran parte de ese crecimiento se debe a una caída de intención de votos de Anaya. Así lo demuestra un estudio de Massive Caller, que ubica al dirigente panista en tercer puesto y cayendo. El sondeo de GCE ya la pone encima del queretano.

Un dato elocuente: ¿por qué se quedó Felipe Calderón dentro del PAN, si su mujer eligió renunciar? Algunos intuyen que la jugada es más allá del 2018. Si Margarita supera a Anaya en la elección sin el sello del panismo, ¿cómo haría para retener el control del partido? El ex presidente al interior de los órganos partidarios podría ser un factor de retorno.