En los primeros siete meses de 2017 la entrada a México de automóviles armados en Estados Unidos y Canadá se redujo 7 por ciento, respecto a igual lapso de un año antes; en tanto que la llegada de vehículos que se producen en naciones asiáticas subió 15 por ciento.
Lo anterior refleja la importancia que ha adquirido la manufactura oriental, que de forma gradual comienza a desplazar a la estadounidense y canadiense en México.
“La entrada al mercado delas marcas coreanas (KIA y Hyundai), con estrategias sumamente agresivas en producto, garantías, instalaciones y servicio posventa subió el estándar de referencia del mercado”, explicó Brais Alvarez Gallardo, analista de la práctica automotriz de la consultora J.D. Power México.
Agregó que también influye el precio en la elección de los clientes, pues la variación del tipo de cambio generó cambios en el costo de los vehículos y algunas marcas asiáticas supieron adecuarse de mejor manera a esta volatilidad.
Los vehículos que entraban al país armados en las naciones de Norteamérica representaban hace 7 años un 45 por ciento del total de las importaciones, pero ahora significan menos del 18 por ciento, según información de la AMIA.
En el mismo lapso, los autos importados de Asia pasaron de pesar 23.5 a 50.1 por ciento, situación que también influyó en las preferencias de los clientes.
Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), destacó en entrevista reciente que los autos importados complementan el portafolio de productos que demanda el mercado mexicano y que no son competencia de la manufactura nacional.
Del total de vehículos comercializados en México durante los primeros siete meses de 2017, alrededor del 58 por ciento fueron unidades ensambladas fuera del país, mientras que en igual lapso del año anterior representaron un 56 por ciento.
Chevrolet Spark es un ejemplo de un automóvil de marca estadounidense que es ensamblado en India, por lo que influye en las cifras totales de autos foráneos que entran al país.
Dicho modelo es el cuarto automóvil más vendido en México, a pesar de que entre enero y julio de este año se comercializaron 2.5 por ciento menos unidades respecto a las desplazadas en los primeros siete meses del año anterior, para alcanzar las 31 mil 865 al sexto mes.