México.- Recientemente Euromonitor, compañía global líder en investigación de mercados, presentó un reporte anual sobre el comportamiento de la industria refresquera en diversos países, dicho reporte es un importante insumo para determinar el tamaño del mercado y el desempeño de las marcas en distintas regiones. En el capítulo mexicano a 3 años de la implementación de dicho impuesto, uno de los principales hallazgos es un limitado impacto del impuesto como consecuencia de fuertes razones culturales, ya que el consumo de bebidas carbonatas se manifiesta como un estilo de vida en nuestro país, al formar parte de los alimentos que consumimos con regularidad.
En su reporte, expertos de esta firma, también hacen mención que la industria se ha recuperado en 2 años, y señalan que el primer año en el que se implementó el impuesto-, se observó una ligera caída en las ventas del 3%, sin embargo a partir del 2015 las ventas volvieron a crecer en 1% y continuaron creciendo durante 2016 en 2%. A la lar de esto, cifras oficiales compartidas por el INEGI en su encuesta mensual de la industria manufacturera y la misma Secretaría de Hacienda y Crédito Público a través de sus reporte mensuales de la recaudación del IEPS, muestran un crecimiento mantenido tanto en la venta en millones de litros como en los millones de pesos que se han recaudado por concepto de un peso por litro, acumulando al día de hoy más de $70 mil millones de pesos desde el 2014 cuando el impuesto entró en vigor.
El caso mexicano y el comportamiento de estos hallazgos, han servido como caso de estudio de diferentes países y ciudades que han pensado en implementar dicho impuesto. Colombia siguió de cerca el caso mexicano y a finales del año pasado dijo no al impuesto. En otras latitudes se siguen cuestionando la efectividad de los impuestos de este tipo ya en México se han consolidado como una gran medida recaudatoria pero que ha sido ineficaz para el fin que fue creado, bajar los indices de obesidad y sobrepeso en nuestro país.