1-¿Se detuvo el proceso de liberalización de los precios de las gasolinas?
Se mantuvo vigente la ruta para la liberalización de los precios de las gasolinas.
Algunos creían que el pasado viernes habría de decretarse un congelamiento de los precios de las gasolinas. No ocurrió. La baja de 2 centavos que se presentó corresponde básicamente al comportamiento que tuvieron los precios de referencia y el tipo de cambio durante las dos últimas semanas. A partir de mañana entraremos a una etapa inédita en México en la cual, los precios habrán de modificarse diariamente y los conoceremos a través de la página de la CRE.
2-¿El hecho de que las gasolinas no se hayan incrementado a partir del sábado implica que tendremos un precio más o menos estable en las siguientes semanas?
No necesariamente. Las variaciones diarias serán relativamente pequeñas; a veces serán hacia arriba y en otros casos hacia abajo.
Tradicionalmente entre finales de enero y finales de junio, los precios en dólares de las gasolinas se incrementan. Por ejemplo, el año pasado, los precios de referencia en la Costa del Golfo en EU aumentaron en 36.7 por ciento en dólares; en el 2015, el incremento fue de 9.4 por ciento; en el 2014, 11.7 por ciento. No sabemos qué puede pasar en los siguientes meses, pero es más factible que los precios suban a que bajen.
3-¿Están recibiendo un subsidio en este momento los precios de los combustibles?
No, si se entiende subsidio como el hecho de que se vendieran por debajo de sus costos. Lo que existe es un incentivo fiscal, que implica que se cobra menos IEPS que lo originalmente previsto. Incluso, a partir del sábado ese incentivo fiscal fue menor que en las dos primeras semanas de febrero pese a la leve baja de precio. Por ejemplo, en el caso de la gasolina de más venta, la Magna, el incentivo fiscal se redujo de 1.77 a 1.30 pesos por litro.
4-¿Qué hubiese ocurrido si la autoridad hubiera decretado que los precios de las gasolinas habrían de mantenerse fijos?
Lo más probable es que las calificadoras de deuda hubieran supuesto que esa decisión implicaría una pérdida de ingresos respecto a lo presupuestado y ante la dificultad de reducir el gasto, la salida habría sido incrementar la deuda, por lo que hubiera sido muy complicado alcanzar el superávit primario comprometido para este año. Estaríamos en el camino claro de reducción de la calificación de la deuda pública y con ello, ante el riesgo de un encarecimiento aún mayor de los créditos, tanto para el gobierno como para las empresas y las personas.
5-¿Hay el riesgo de otro “gasolinazo” en el futuro?
Si se entiende el “gasolinazo” como un incremento abrupto de los precios, lo más probable es que no, salvo que haya algún movimiento muy fuerte de la paridad del peso frente al dólar. Lo que tendremos son ajustes moderados y de día con día. También hay que subrayar que quizás en el segundo semestre pudiéramos tener precios con trayectoria a la baja. Sería útil ajustar la fórmula de cálculo para usar promedios móviles de varios días para evitar fluctuaciones abruptas.
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