Justicia
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Detectan que asesinos en serie matan a ancianos

En dos meses, ocho personas mayores de 60 años que vivían solas han sido asesinadas en la zona metropolitana de Cuernavaca; una mujer y un hombre estarían relacionados con los casos

TXT Alejandro López Arce/De la Redacción
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 En dos meses ha ocurrido una serie de asesinatos en contra de ancianos en diversos puntos de la zona metropolitana de Cuernavaca con particularidades que los relacionan: las víctimas eran mayores de 60 años y vivían solas; todas fueron golpeadas, cinco tenían heridas en el cuello que les ocasionaron con arma blanca y a cuatro las estrangularon (en el último caso, el cuerpo fue quemado). De acuerdo con información obtenida por La Unión de Morelos, una mujer y un hombre estarían relacionados con estos asesinatos.

Estos homicidios ya son investigados por la Fiscalía General del Estado (FGE).

 Desde que ocurrió lo que puede considerarse como el primer caso han transcurrido alrededor de 60 días.

Las muertes violentas ocurrieron en Jiutepec, Cuernavaca y Xochitepec.

De acuerdo con información recabada entre fuentes policiales y de la FGE, y con base en los detalles de cada homicidio investigado, una mujer se encarga de ganarse la confianza de las personas que reúnen las características que las convierten en posibles víctimas: viven solas y son mayores de 60 años. Al establecer una familiaridad, los presuntos homicidas tienen acceso a las viviendas.

En este sentido, existe la coincidencia de que en los diferentes casos hay testigos que confirman que, previo a los asesinatos, notaron la presencia de una pareja a la que calificaron de “sospechosa”, en las zonas donde se han registrado los hechos.

 

LOS CASOS

Jueves 21 de julio. Dos de la tarde.

María Luna, de 77 años de edad, y su esposo, Ángel, de 92 años, serían las primeras víctimas de la pareja, según el registro que tendría la Fiscalía.

Esa tarde, los ancianos fueron encontrados sin vida, en estado de descomposición, en el interior del departamento número 7, edificio 2, que se ubica en la avenida Álvaro Obregón, a la altura de la colonia Carolina de Cuernavaca.

El fétido olor que se desprendía de la vivienda alertó a los vecinos a indagar qué ocurría en la casa de Ángel y María, a quienes no habían visto desde la tarde del domingo 17.

Tres días después, una integrante del templo religioso al que asistía el matrimonio visitó a la mujer y al hombre. Llamó varias veces a la puerta, sin obtener respuesta. Al ver que nadie la atendió, optó por retirarse.

Sin embargo, los ocupantes de departamentos contiguos comenzaron a percibir un olor que calificaron de “desagradable” y que se penetraba en sus viviendas. Algunos llegaron a pensar que el olor provenía de las tuberías, pero se hizo más intenso.

Ante ello y la ausencia de los ancianos, la tarde del jueves 21, los vecinos volvieron a buscar a la gente que conocía a estas personas. Una vez en el departamento, trataron de abrir la puerta, pero no lo lograron. No obstante, al asomarse por una ventana, vieron el cadáver de la septuagenaria, tras lo que solicitaron la intervención de la Policía.

Minutos después llegaron agentes del Mando Único, quienes ingresaron al inmueble y encontraron los cuerpos sin vida de María Luna y Ángel, en estado de descomposición.

También arribaron elementos de la Policía de Investigación Criminal, peritos y personal del Servicio Médico Forense (Semefo). Los peritos comenzaron a tomar fotografías en busca de evidencias que ayudaran a esclarecer los hechos. Entre los objetos que recogieron había una puerta de alacena o ropero. Además, se dieron cuenta que había desorden en el departamento y faltaban varios aparatos electrónicos.

Más tarde, al sitio arribó un familiar de María Luna y Ángel, quien llevaba una fotografía de las víctimas.

A las 15:50 horas sacaron el cadáver de la mujer; 25 minutos después, el del hombre. El resultado de la necropsia arrojó que ambos fueron estrangulados con un lazo.

 

Martes 9 de agosto. Nueve de la noche.

Roberto Flores Santana, de 86 años de edad, fue asesinado en el interior de su domicilio, que está ubicado en la calle Emiliano Zapata número 22 de la colonia Otilio Montaño, en el municipio de Jiutepec. A esta persona la estrangularon y golpearon.

De acuerdo con datos recabados por La Unión de Morelos con fuentes policiales, fue alrededor de las 21:00 horas del martes 9 de agosto cuando vecinos del octogenario lo fueron a visitar, pero al llegar se dieron cuenta de que dos personas lo estaban golpeando, por lo que llamaron a la Policía.

Los agentes del Mando Único tardaron más de 30 minutos en llegar. Cuando arribaron al sitio, los homicidas ya se habían dado a la fuga.

Al revisar el cuerpo, los peritos se percataron de que tenía golpes. Más tarde, personal del Servicio Médico Forense (Semefo) levantó el cadáver.

Respecto de Roberto Flores, la Fiscalía General del Estado informó –mediante un comunicado– que murió asfixiado. Además, se dio a conocer que en la vivienda había huellas de hurgamiento.

 

Miércoles 17 de agosto.

Juan Montoya, de 70 años de edad, fue encontrado muerto en su vivienda, en la calle Enedino Montiel de la colonia Antonio Barona, en Cuernavaca. Tenía las manos atadas y heridas en el cuello que fueron provocadas con arma blanca.

En torno a este caso, se informó que alrededor de las seis de la tarde, un hijo de la víctima fue a visitar a su padre (quien vivía solo); llamó a la puerta varias veces, pero nadie abrió. En seguida decidió retirarse y volver más tarde.

Durante el transcurso de la noche, el hombre regresó en compañía de su madre, pero ya tenía llave de la puerta, por lo que ambas personas ingresaron a la habitación del septuagenario, a quien hallaron tirado, a un lado de su cama.

Al ver la escena supusieron que Juan Montoya había ingerido bebidas embriagantes. Sin embargo, al acercarse, descubrieron que había sangre en el piso. Por ello voltearon el cuerpo y notaron que tenía heridas en el cuello y en el rostro. La víctima no se movía.

Este hecho fue comunicado a la Policía del Mando Único, cuya corporación solicitó una ambulancia. Pero al tratar de brindarle los primeros auxilios, los paramédicos confirmaron que el anciano ya había perdido la vida.

La Fiscalía informó que dentro de la morada hacían falta objetos de valor. Una de las líneas de investigación era por robo.

Los vecinos comentaron que Juan Montoya estaba pensionado y vivía solo. También manifestaron que ese día vieron a una mujer que tocó la puerta de la casa del ahora occiso.

Aunado a lo anterior, amigos cercanos a la familia comentaron que en días pasados, una pareja desconocida para ellos había visitado al pensionado.

 

Martes 23 de agosto. 00:10 horas.

Agustín “N” se dedicaba a reparar relojes y alhajas. Tenía su local en la calle 5 de Febrero del poblado de Tejalpa (cerca del zócalo), en Jiutepec.

El negocio se llamaba “La Perlita”, en cuyo interior fue hallado Agustín, sin vida, los primeros minutos del martes 23 de agosto. Tenía un desarmador incrustado en el cuello.

Vecinos comentaron que cuando necesitaban algún servicio y el negocio estaba cerrado, tocaban a su puerta y el hombre les abría para atenderlos.

Comerciantes de la zona refirieron que la noche del asesinato vieron salir de la relojería a dos personas.

 

Domingo 11 de septiembre. 11:30 de la noche.

El abogado Luis Gil, de 64 años de edad, fue encontrado sin vida en el interior de su vivienda, en la calle Tulipán Africano de la colonia Tulipanes de Cuernavaca. Este hombre fue asesinado con un cuchillo, el cual tenía encajado en el cuello.

Derivado de este hecho, un vecino refirió que a las tres de la tarde de ese domingo vio salir a un individuo de la casa del litigante. En la calle, esta persona volteaba para todos lados. Dicho comportamiento llamó la atención del vecino del ahora occiso, aunado a que el desconocido dejó la casa abierta.

Con el paso de las horas, ya no vio salir a Luis Gil. Ante ello, el hecho fue denunciado a la Policía, alrededor de las 23:30 horas.

El cuerpo fue localizado en una habitación, tirado, con un cuchillo encajado en el cuello.

A la escena del crimen arribaron familiares y conocidos del litigante. Algunas personas trataban de aportar datos que ayuden para la localización del responsable.

 

Miércoles 14 de septiembre. 12:00 horas.

Doña Petra “N”, de 80 años de edad, fue asesinada en su vivienda, que se localiza en la calle 20 de Noviembre de la colonia Otilio Montaño, en Jiutepec. Esta mujer también tenía un cuchillo clavado en el cuello.

En aquella ocasión se congregaron varias mujeres quienes afirmaron a La Unión de Morelos que alrededor de las 12:00 horas del miércoles, escucharon los gritos de una nieta de la víctima; luego la vieron salir del inmueble, pidiendo ayuda.

Tras escuchar los lamentos, varios vecinos salieron de sus casas. En seguida intentaron tranquilizar a la mujer, pero instantes después se enteraron de que la señora Petra estaba herida, por lo que solicitaron una ambulancia en el sistema de emergencias 066.

Minutos después de la denuncia llegaron elementos de la Policía del Mando Único de Jiutepec y paramédicos; estos últimos entraron a la vivienda.

De acuerdo con el reporte de los rescatistas, la octogenaria tenía un cuchillo encajado en el cuello y ya había fallecido.

Al iniciar las investigaciones del caso, los peritos vieron que en la morada había una canasta con fruta. Familiares de la occisa aseguraron que nadie de ellos se la había llevado. Además, localizaron una agujeta que al parecer utilizaron los asesinos.

En torno a este hecho, vecinos de la zona comentaron que el día del asesinato se percataron de que una mujer y un hombre desconocidos estuvieron platicando en la calle 20 de Noviembre, la misma donde se ubica la casa de Petra.

 

Viernes 16 de septiembre. Una de la tarde.

El caso más reciente con características similares se registró entre el jueves y el viernes de la semana pasada, cuando Gumaro García Gómez, de 63 años de edad, fue encontrado muerto en el interior de su casa, en la calle Crisantemos de la Unidad Morelos del municipio de Xochitepec.

El cuerpo de la víctima estaba calcinado. Sin embargo, la necropsia de la FGE arrojó que tenía golpes y una herida en el cuello que fue ocasionada con arma blanca.

En un principio, la Policía dio a conocer que alrededor de las 12:00 horas del jueves 15 de septiembre, bomberos acudieron a sofocar un incendio en la mencionada vivienda. Al controlar las llamas, se retiraron del sitio.

No obstante, fue hasta la una de la tarde del viernes 16 cuando familiares llegaron a visitar García Gómez, debido a que se enteraron de que su casa se había quemado.

El hombre no atendió al llamado de los familiares. Por tal motivo, éstos ingresaron al inmueble. Momentos después, mientras retiraban los escombros que provocó el incendio, encontraron el cadáver, calcinado. Ante el hallazgo, dieron parte a la Policía.

Personal de la Fiscalía General del Estado informó que Gumaro García tenía golpes (uno en la mandíbula) y una herida en el cuello que le ocasionaron con arma blanca.

 

COINCIDENCIAS

En torno a estos hechos, los datos disponibles señalan que todas las víctimas fueron asesinadas en el interior de su casa y tenían huellas de violencia en el cuello. Además, eran personas mayores de 60 años, y en los lugares de los asesinatos había huellas de que se había cometido un robo de los bienes que allí se encontraban.

Asimismo, en cuatro de los casos, algunos vecinos vieron platicar a una mujer y a un hombre –desconocidos en las respectivas colonias– afuera de las viviendas de los finados.

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