De acuerdo con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) delegación Morelos, luego de realizar los estudios necesarios de las nueve reliquias, los peritos concluyeron que en realidad se trataba de reproducciones de baja calidad.
En este sentido, el INAH no interpuso ninguna querella en contra de José Socorro Jiménez ya que no se cometió el delito federal de tráfico de piezas arqueológicas, refirió Alma Rosa Cienfuegos Domínguez, jefa del Departamento de Trámites y Servicios Legales.
Ahora el INAH mantiene a resguardo estas reproducciones, luego de que el Ministerio Público Federal (MPF) determinara entregárselas a fin de que las dispusiera según crea conveniente, como para fines didácticos.
En relación a este caso, alrededor de las 14:00 horas de aquel jueves 7 de junio, en el poblado de Santo Domingo Ocotitlán fue detenido José Socorro Jiménez que iba a bordo de un auto Tsuru color azul marino y con placas HSL-9966 de Guerrero por policías municipales, estatales, ministeriales y militares de la 24ª Zona Militar para una revisión como parte de un operativo de seguridad.
Las fuerzas del orden hallaron en el auto lo que pareció ser nueve piezas arqueológicas y tres armas de fuego, una pistola escuadra calibre 25 con 13 cartuchos, un cargador; una 38 especial con varios cartuchos y una 3.80 con un cargador y 47 cartuchos. Además de un teléfono celular.
Por esto José Socorro Jiménez fue detenido y puesto a disposición del agente del Ministerio Público Federal, que en su momento dio al INAH los artículos a fin de que los analizara y determinara si eran auténticos vestigios.