De acuerdo con el litigante, Juan Bosco Castañeda fue puesto a disposición del agente del Ministerio Público federal en base a un parte informativo que suscriben elementos del 21 Batallón de Infantería de la 24ª Zona Militar por el delito de portación ilegal de arma de fuego.

El abogado indicó que de acuerdo con el informe, se establece que los militares realizaban una revisión de armamento a la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano de Cuernavaca y localizaron un rifle de asalto calibre .223 en la oficina del comandante. Por tal motivo, fue detenido.

Esta versión fue desmentida por el propio inculpado, quien aseguró que su aprehensión ocurrió en la oficina del propio secretario de Protección y Auxilio Ciudadano de Cuernavaca, Mauricio Vega Chavaje.

“El testigo presencial de Juan Bosco es el secretario de Seguridad Pública que puede avalar que Juan Bosco nunca tuvo en su poder un arma de fuego”, dijo Paredes Sotelo. Por tal razón, la defensa solicita la presencia del mismo secretario para que declare al respecto.

Sobre la incriminación que hizo Víctor Manuel Valdez Arteaga, alias “El Gordo Varilla”, en contra de Castañeda Matías, el abogado manifestó que dicha declaración no tiene sustento jurídico porque no ha sido plasmada en una averiguación previa.

En este tenor, aseguró que “a Juan Bosco lo interrogaron, lo torturaron; tiene costillas rotas; en los ojos fue vendado; fue maltratado y vejado por sus agentes captores. Y ahorita estamos a la espera de que nos manden llamar para saber si existe otra imputación en su contra”.

Ante esta situación, su familiar presentó una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos e interpuso un amparo por incomunicación, además de que el día de ayer presentó otra denuncia por tortura y privación ilegal de la libertad.

Ante esta situación, la presunción de inocencia del comandante se rompió porque fabricaron una flagrancia de un arma de fuego que jamás tuvo él, aseveró Enrique Paredes.