El registro de la fiscalía exhibe el “modus operandi” de una banda cuyo centro de operaciones se localiza entre los límites del Estado de México y Morelos, y especialmente en las inmediaciones de la comunidad de Huecahuaxco.
Al respecto, un mando policial de la PGJ detalla que de agosto a la fecha varios automovilistas han sido víctimas del “secuestro” de sus unidades por sujetos armados que se refugian en la zona.
A decir del informante, una vez que consuman el robo, los dueños son contactados vía telefónica por los delincuentes, quienes les informan que el auto fue “recuperado” pero a cambio de devolverlo exigen una cantidad de hasta 10 mil pesos.
Las víctimas pagan la cantidad con la intención de recuperar su auto, el cual es localizado abandonado en algún paraje del Estado de México o en esta entidad.
Debido a que continuamente aprovechan la zona limítrofe entre ambas entidades y al desinterés de los afectados, los casos son únicamente registrados pero no se investigan ante la falta de una denuncia formal.