Lo primero que hay que decir es que no existen datos homogéneos al respecto. El organismo que tiene una base de datos más amplia y que realiza cálculos más afinados para un mayor número de países es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que ha publicado este jueves las cifras correspondientes a 2014. Con múltiples salvedades, las cifras indican que el país europeo donde los empleados trabajan más horas es Grecia y el que menos, Alemania. La diferencia entre ambos: 671 horas, casi un 50%. En el conjunto de los países industrializados, México lidera la clasificación, con una jornada de 2.228 horas anuales.
El propio organismo advierte de que las fuentes y los métodos de cálculo son dispares, de modo que sus cifras sirven más para medir la evolución a lo largo del tiempo que para comparar distintos países para un año dado. Su cálculo se refiere al total de horas trabajadas en un año, según los datos de contabilidad nacional, divididas por el número medio de personas con empleo.
Hay un punto importante a tener en cuenta: se consideran tanto los trabajadores fijos a tiempo completo como los temporales y los trabajadores a tiempo parcial. De ese modo, países como Holanda o Alemania, con altos niveles de empleo a tiempo parcial, tienen un menor número de horas por empleado que otros donde el empleo a tiempo parcial está poco extendido, como es el caso de la propia Grecia. La propia composición sectorial de la economía o la dotación de capital influyen en las jornadas y en su productividad.
Con todas esas salvedades por delante, las cifras de horario laboral muestran como en países como Alemania las horas de trabajo por empleado se han ido reduciendo notablemente en las últimas dos décadas mientras que en Grecia lo han hecho mucho a pesar de que Grecia cuenta con la tasa de paro más alta de Europa.
México, a la cabeza
La clasificación, circunscrita a los países de la OCDE, viene encabezada por México, con un total de 2.228 horas al año por empleado. El siguiente país de la lista es Costa Rica, con 2.216 horas y el tercer país latinoamericano perteneciente a la OCDE, Chile, se sitúa también entre los primeros puestos, aunque por primera vez su jornada media anual cae por debajo de las 2.000 horas. Por tanto, siempre con las cautelas necesarias, las cifras caracterizan a Latinoamérica como una región con países de largas jornadas laborales, pero una productividad relativamente baja por hora trabajada.
El primer país europeo de la lista es Grecia, con una jornada laboral de 2.042 horas anuales por empleado. Grecia es el país europeo con una mayor tasa de paro, del 26,6% en 2014, según los datos armonizados de la OCDE. La crisis económica ha golpeado duramente al país, que se endeudó por encima de sus posibilidades. Grecia ha recibido ya dinero de dos rescates por parte de sus socios europeos y del Fondo Monetario Internacional (FMI) y acaba de solicitar un tercer rescate, mientras en el país se ha instalado un corralito financiero por el que los depositantes solo pueden sacar de los bancos 60 euros al día.
Así pues, en Grecia conviven unas jornadas laborales extendidas, una alta tasa de paro y una baja productividad. Solo un 11% de la población tiene trabajo a tiempo parcial (entendiendo como tal el de menos de 30 horas semanales en el empleo principal, según el criterio de la OCDE), lo que también contribuye a elevar el número medio de horas anuales por trabajador. De ellos, además, más de dos tercios trabajan a tiempo parcial porque no encuentran empleo a tiempo completo, la mayor proporción de toda la OCDE.
Las menores jornadas laborales
En el otro extremo, los países en los que menos horas al año se trabajan son principalmente los del centro y norte de Europa. En cinco países se trabaja menos de 1.500 horas al año de media: Francia, Dinamarca, Noruega, Holanda y Alemania. Son países con alta productividad, con mayor presencia de la industria en la economía. Así, el PIB por habitante de estos países donde la media de horas trabajadas es baja es muy superior al de aquellos donde se trabajan más horas. Es decir, trabajan menos y son más ricos (tienen mayor renta). La productividad es la clave, pero también el hecho de que haya un mayor número de personas trabajando, aunque lo hagan menos horas, un mejor reparto el trabajo, por así decir.
Un factor que rebaja el sueldo medio de estos países es que están muy extendidos los trabajos a tiempo parcial. En Holanda, la proporción es del 38,5% y en Alemania, del 22,3%, aunque ese factor juega menos en Francia (14,2%).
De todos esos países, donde el número de horas trabajadas de media es más bajo es Alemania, con solo 1.371 horas. La cifra de Grecia es casi un 50% superior. La diferente composición sectorial de la economía (en Grecia hay más trabajadores de hostelería y sector servicios y en Alemania, de la industria), la diferente productividad, el mayor peso de los empleados a tiempo parcial (incluidos los minijobs alemanes, compatibles con ayudas sociales) están entre los factores diferenciales. En Alemania, la tasa de paro es del 5% (frente al 26,6% de Grecia), lo que supone casi el pleno empleo. Incluso en lo más agudo de la crisis, en Alemania se destruyeron menos puestos de trabajo en parte porque las empresas tuvieron ayudas para reducir la jornada laboral en lugar de despedir.
La jornada laboral española se sitúa por debajo de la media de la OCDE. Es de 1.689 horas, frente a las 1.770 de media de los países industrializados. | elPaís