BUENOS AIRES.– El fiscal que acusó a la presidenta argentina Cristina Fernández de encubrir a los presuntos autores de un atentado a una mutual judía fue hallado muerto en su hogar el domingo por la noche.
El fiscal Alberto Nisman, que investigó por más de una década el ataque de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que dejó 85 muertos en Buenos Aires, iba a presentar detalles de su denuncia en una reunión privada con diputados ayer por la tarde.
El cuerpo de Nisman, que también había acusado al canciller argentino de encubrir a los iraníes imputados por el atentado, fue encontrado con un disparo en la cabeza en el baño de su departamento en el lujoso barrio de Puerto Madero, en la capital del país.
No descarto un suicidio instigado”, dijo la fiscal a cargo de la causa, Viviana Fein.
Nisman había denunciado que el supuesto complot buscaba desestimar las acusaciones sobre los iraníes para restablecer los lazos diplomáticos y comerciales entre Buenos Aires y Teherán.
La autopsia reveló que el fiscal falleció por un disparo de bala que ingresó por el hueso parietal derecho.
Fein dijo que el arma encontrada junto al cuerpo no le pertenecía a Nisman. Las autoridades habían detallado que el calibre del arma era 22 y que el departamento del fiscal estaba cerrado con llave desde el interior, por lo que las autoridades descartaron la presencia de un tercero en el departamento.
Nisman, de 51 años de edad, contaba con una custodia personal de 10 oficiales de la Policía Federal, de acuerdo con el gobierno.
La denuncia que hizo Nisman incluye una serie de escuchas telefónicas de ciudadanos iraníes, personal de inteligencia de Argentina, dirigentes políticos locales y un exfiscal.
Yo puedo salir muerto de esto”, había dicho en una entrevista publicada la semana pasada por el diario argentino Clarín, luego de presentar su
denuncia.
El gobierno había calificado la denuncia de Nisman como “ridícula” y el juez a cargo del caso AMIA había cuestionado el trabajo del fiscal.
Cristina deslinda a su gobierno
La presidenta Cristina Fernández publicó ayer por la tarde una extensa carta en la red social Facebook en la que denunció la existencia de una historia “muy sórdida” y de “interrogantes” tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, y defendió los intentos de su gobierno por esclarecer el atentado contra la AMIA.
En el caso del ¿suicidio? del fiscal a cargo de la causa AMIA, Alberto Nisman, no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una historia demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida. La tragedia del atentado terrorista más grande que se produjo en la Argentina”,
señaló.
La mandataria deslindó a su gobierno de toda responsabilidad y vinculó la muerte del fiscal con el próximo juicio a exmiembros del gobierno de Carlos Menem (1989-1999) y exfuncionarios judiciales por maniobras de encubrimiento en la investigación del atentado contra la AMIA.
Acusan a la Presidenta
La muerte del fiscal reavivó el torbellino político en torno a la investigación del atentado.
Miles de personas se movilizaron ayer en Buenos Aires para exigir el esclarecimiento de la muerte del fiscal.
Estoy aquí para pedir justicia por Nisman, para que se llegue a la verdad de lo que sucedió con este hombre”, dijo Carolina Arias, una empleada de 31 años, en Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno.
Los manifestantes se agruparon en la plaza y al frente de la Catedral de Buenos Aires, portando pancartas que rezaban “justicia”, “Asesinado por investigar” o “Gobierno asesino”.
Simultáneamente, vecinos realizaron cacerolazos en distintos barrios capitalinos, incluso frente a la residencia presidencial de Olivos, mientras se escuchaba el ruidoso sonido de los claxons de los autos que pasaban por el lugar.
Otros 500 argentinos se manifestaron en la ciudad uruguaya de Punta del Este, a donde fueron convocados a través de las redes sociales.
SOCIEDAD NO CREE AL GOBIERNO
La falta de credibilidad en el gobierno de Argentina hace que la muerte del fiscal Alberto Nisman resulte muy rara.
En entrevista con Pascal Beltrán del Río para Grupo Imagen Multimedia, el analista Andrés Oppenheimer aclaró que no puede calificar el hecho en ningún sentido, ni como suicidio ni de asesinato, porque no tiene elementos, pero insistío que es un caso muy extraño.
Cuatro días antes, el fiscal había acusado a la Presidenta y a su canciller de encubrir a Irán en la causa por el atentado contra la AMIA en Buenos Aires para intercambiar granos por energéticos.
El periodista y columnista del diario Miami Herald recordó que apenas hace unos días lo había invitado a hablar sobre sus investigaciones en el programa Oppenheimer Presenta, que se transmite por CNN, y él había aceptado diciendo: “obviamente me interesa”.
Oppenheimer destacó que quien planea un suicidio transmite dudas, conmoción interna, inseguridad y la determinación que Nisman manifestaba era muy clara, se mostraba confiado y seguro en sus pruebas.
Esta muerte ha abierto en la sociedad argentina grandes dudas, ya que no cree en su gobierno, aseguró Oppenheimer al indicar que la falta de credibilidad es producto de una política de constantes mentiras.
Y puso como ejemplo las declaraciones del gobierno que le dicen que la inflación en Argentina es de 10%, cuando economistas y organismos internacionales la ubican en más de 30 por ciento.
Oppenheimer señaló que ante las constantes mentiras “es casi automático que en la opinión pública haya un descreimiento absoluto de cualquier cosa que pueda venir del gobierno de Cristina Fernández y de su canciller”.
Sobre la posibilidad de llegar a la verdad sobre esta muerte, Oppenheimer dijo que espera equivocarse, pero indicó que si en 20 años no se logró solucionar la causa de la AMIA, y en un país en el que hay “serias dudas sobre la independencia del Poder Judicial”, será difícil esperar investigaciones serias y creíbles.
–De la Redacción
CRISTINA DESCLASIFICA ARCHIVOS
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, autorizó ayer que se desclasifique el material de inteligencia que utilizó el fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, para denunciar a la mandataria por presunto encubrimiento de terroristas y revelar la identidad de los espías también acusados.
A través de dos comunicados, el secretario de Inteligencia, Óscar Parrilli, solicitó “la desclasificación de la identidad, las acciones, los hechos y las circunstancias correspondientes al personal de inteligencia” que surge de las interceptaciones telefónicas entregadas por Nisman a la justicia.
Parrilli, considerado uno de los hombres más próximos a la Presidenta, tomó esta decisión, que había sido requerida días atrás por Nisman, para “brindar la colaboración que sea necesaria” en medio de la conmoción provocada por la sorpresiva muerte del fiscal.
El secretario de Inteligencia ordenó también identificar a los espías que fueron denunciados por Nisman “a efectos de proceder al levantamiento de secreto de los mismos”.
Las cartas del secretario de Inteligencia están dirigidas a la jueza María Servini de Cubría, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal número 4 de Buenos Aires.
Tras ocho años de investigaciones, Nisman denunció el pasado miércoles a Fernández por considerar que el memorándum de entendimiento aprobado en enero de 2013 con Irán incluía un presunto encubrimiento de los sospechosos del atentado contra la AMIA, a cambio de las relaciones comerciales y el intercambio de petróleo por granos en un contexto de crisis energética en Argentina.
La denuncia, basada en escuchas telefónicas, incluye también el canciller Héctor Timerman, al diputado oficialista Andrés Larroque, los militantes Luis D’Elia y Fernando Esteche, personal de la Secretaría de Inteligencia de la Presidencia argentina, el exfiscal federal y exjuez de instrucción Héctor Yrimia y el referente comunitario iraní Jorge YussufKhalil.
Alberto Nisman debía declarar la tarde de ayer ante la Comisión de Legislación Penal del Congreso, sobre las pruebas que le sirvieron para acusar a la Presidenta y a los funcionarios de encubrir a Irán de sus supuestas responsabilidades en el atentado de hace 20 años en la capital argentina, que dejó 85 muertos y 300 heridos.