Existe demasiada información y muchísimos mitos en torno al brote de ébola. Ciertamente, no podemos pasarlo de largo, pero tampoco es momento de salir a profetizar el apocalipsis.
Las malas noticias
El brote de ébola que actualmente nos preocupa se extiende sobre África Occidental, en países como Guinea, Sierra Leona, Liberia, Lagos y Nigeria; además de que se han reportado dos casos de dos estadounidenses que estaban en la zona y que fueron trasladados a su país para recibir cuidados médicos más estrictos. Hasta el momento, se han reportado 1,603 casos y 887 muertes. Es decir, el 55% de las personas que se han contagiado han muerto, pero el porcentaje puede incrementarse hasta el 90% en poco tiempo.
Con estas cifras, podemos decir, por mucho, que esta es la crisis del ébola más grande que hemos visto en toda la historia. Incluso la primera epidemia registrada, la de 1976 en República Democrática del Congo, fue menos severa, pues sólo mató a 315 personas en la zona del río Ébola (lugar por el que el virus toma su nombre, está claro). En otras palabras, la crisis es sumamente alarmante y requiere atención urgente.
Por si esto fuera poco, no existe ni cura, ni vacuna, ni medicina para combatir el ébola. Lo único que se puede hacer es atender los síntomas y esperar que el sistema inmunológico pueda sobreponerse. Las condiciones insalubres y la falta de infraestructura médica tampoco ayudan. En gran medida, el número de casos y de muertes se debe a que la enfermedad no siempre puede ser atendida a tiempo y es altamente contagiosa si no se tienen los cuidados necesarios.
El ébola se transmite por medio de fluidos: sangre, saliva, sudor, etc. (incluso semen, hasta 7 semanas después de que un paciente se haya curado), y el hecho de que la enfermedad se presente con altas fiebres, vómito y diarrea (o sea que el paciente expide fluidos constantemente) no mejora la situación. Además, un cadáver puede transmitir el virus también si no se trata apropiadamente. Las personas que se contagiaron normalmente viven en condiciones muy adversas con difícil acceso a servicios médicos; o son voluntarios que tienen que combatir la enfermedad con recursos muy limitados.
Virus de ébola
Para decirlo con todas sus letras: las personas pobres son muy vulnerables al ébola. Se trata de un virus (con seis diferentes variedades) hemorrágico que causa fiebre, dolor abdominal, diarrea y vómito. Como ven, se manifiesta con pocas señales particulares, no se puede saber con certeza que un paciente tiene ébola hasta que se hagan pruebas de sangre; pues los mismos síntomas se manifiestan en enfermedades como malaria, hepatitis, cólera, meningitis, etc.
El camino del ébola
Se cree que el virus del ébola en todas sus variedades llegó a los humanos porque se encuba en los intestinos de algunos animales. De manera que una persona puede contagiarse por comer murciélagos de la fruta, perros o cerdos. Los síntomas son muy parecidos a los de otras enfermedades, por lo que los familiares y médicos pueden contagiarse por no tomar las precauciones pertinentes.
Los intensos síntomas del ébola pueden llevar a un paciente a sufrir una severa deshidratación, falla renal, insuficiencia hepática y a padecer una hemorragia interna. Algunos pacientes pueden pasar por una etapa conocida como “tormenta de citosinas”, en donde el sistema inmunológico se vuelve loco y empieza a producir citocinas y otras células que atacan diversos órganos y tejidos del cuerpo, con resultados fatales. Si alguien que atiende a un enfermo se contagia, podría no presentar síntomas por entre 2 y 21 días.
En villas apartadas, sin drenaje y con problemas de agua, las condiciones de salubridad hacen que prevenir el contagio sea casi imposible. El ébola es una enfermedad que suele atacar zonas poco urbanizadas y sectores vulnerables, en lugares de difícil acceso donde los servicios médicos no son oportunos.
Las (pocas) buenas noticias
Hace algunos días, la enfermera Nancy Writebol y el Dr. Kent Brantly contrajeron el ébola en Sierra Leona. Los dos ciudadanos estadounidenses fueron trasladados a Atlanta para ser atendidos lo mejor posible. Con el virus en nuestro continente, ¿hay probabilidades de que se multiplique? Es prácticamente imposible, las precauciones que se toman en la Universidad en donde se encuentran siguen los más estrictos protocolos de salud, además de que les permiten estudiar el virus en condiciones óptimas.
Por supuesto, los pacientes corren un peligro considerable, dada la taza de muerte del 90% que puede llegar a tener el ébola, pero están siendo atendidos con tratamientos experimentales que podrían salvar su vida y la de otras personas también.
Algunas investigaciones sugieren que los anticuerpos de un sobreviviente pueden ayudar a que los pacientes se recuperen. Nancy Writebol está recibiendo un tratamiento experimental obtenido de la sangre de uno de los sobrevivientes de la zona donde ella se contagió; mientras que al Dr. Brantly le inyectaron la sangre de uno de sus pacientes de 14 años que se recuperó del ébola. Los posibles resultados son inciertos, pues no hay certeza de que los anticuerpos sean efectivos, incluso si se recuperan no habrá nada que indique claramente que lo hicieron gracias a los tratamientos que recibieron.
Foto: NIAID Laboratorio
FAQ
1. ¿Qué pasará con el ébola en el futuro? Las perspectivas con el brote no son las mejores, los países que sufren del azote de la enfermedad no cuentan con protocolos apropiados y están reaccionando con mucha lentitud. La ayuda internacional también sufre complicaciones, muchos enfermos de ébola se contagiaron porque eran voluntarios y doctores que atendían el brote. La lentitud sólo abre la puerta para más víctimas potenciales, pero podemos tener la certeza de que eventualmente se controlará el brote, en la medida en que los planes sanitarios internacionales surtan efecto y los gobiernos locales puedan hacer llegar la ayuda a las villas que la necesitan.
2. ¿Por qué nadie atiende el ébola como atendieron la influenza A1 H1? Hay que tener cuidado con estas comparaciones. Si están en EU o América Latina, la percepción de la influenza es mucho más cercana que la del ébola. Además se trata de enfermedades muy distintas, con síntomas diferentes y diversos modos de contagio. Los protocolos sanitarios de ambas son distintos, así como la manera de llevarlos a cabo.
3. ¿Los que tienen ébola están condenados? No necesariamente. Aunque no hay un tratamiento conocido ni vacuna para la enfermedad; los cuidados de los doctores y el alivio de los síntomas pueden ayudar al cuerpo a resistir el virus y curarse.
4. ¿Cómo prevenir el contagio? Si te encuentras lejos de África Occidental el contagio es muy poco probable, pero si estás en la zona lo mejor es evitar el contacto con fluidos humanos y las zonas con problemas de drenaje.
5. ¿Qué tanto se puede extender el brote? La alerta internacional ha sido importante para detener la enfermedad. Los expertos creen que es el brote no se detendrá pronto, sino que poco a poco ira disminuyendo. Desafortunadamente, aún hay varas víctimas potenciales y algunos meses de posible contagio en África.