No hubo nuevo milagro en China. Socorristas informaron este lunes que nueve de los 10 trabajadores que aún permanecían bloqueados fueron hallados muertos.
Una explosión ocurrida en una mina de oro de Qixia, en la provincia de Shandong (este), bloqueó a 22 mineros a varios cientos de metros de profundidad.
Desde entonces, la situación de los mineros y la operación de rescate llevada a cabo genera una enorme emoción y atención mediática en todo el país.
Un minero murió la semana pasada debido a las heridas que provocó la explosión. Y el domingo, trabajadores fueron rescatados con vida ante las cámaras de la televisión nacional.
Pero a pesar de los "esfuerzos incansables" de los socorristas, "desgraciadamente nueve mineros fueron hallados muertos", y sus "cuerpos fueron recuperados", indicó ante la prensa Chen Fei, el alcalde de Yantai, la ciudad qui administra Qixia.
Las tareas de rescate continúan para hallar al último minero atrapado, de quien no hay noticias por el momento.
Las esperanzas son muy pocas: este trabajador muy posiblemente no ha comido en dos semanas, y los socorristas no saben dónde se encuentra.
La deflagración obstruyó el pozo de ventilación y dañó el teleférico que permitía a los mineros subir a la superficie.
Un contacto había sido establecido hace una semana con un grupo de diez mineros, atrapados a unos 580 metros de profundidad.
Gracias a un cable metálico que fue introducido a través de un conducto perforado en la roca, los socorristas pudieron enviar víveres, medicamentos y teléfonos a este grupo de mineros hallados.
El domingo por la mañana, los enormes obstáculos que obstruían el pozo cayeron al fondo, lo que facilitó que los mineros fueran subidos a la superficie.
"Cada minero rescatado es objeto de una atención particular y está acompañado por un equipo médico, con apoyo psicológico", indicó el alcalde de Yantai.
"En cuanto a las personas muertas, equipos de la policía científica están retirando pruebas de ADN para confirmar su identidad", subrayó.