El aún presidente de Estados Unidos, Donald Trump firmó una directiva que le permite a la NASA construir una reactor nuclear en la Luna.
El pasado 16 de diciembre, la NASA informó que Trump emitió la Directiva de Política Espacial-6 (SPD-6 por sus siglas en inglés), que establece una estrategia nacional para el uso responsable y eficaz de los sistemas de propulsión y energía nuclear espacial (Supp por sus siglas en inglés).
“La propulsión y la energía nuclear espacial es una tecnología fundamentalmente estadounidense para las misiones en el espacio profundo a Marte y más allá”, dijo Scott Pace, asistente adjunto del presidente y secretario ejecutivo del Consejo Nacional del Espacio, en un comunicado a los medios. “Estados Unidos tiene la intención de seguir siendo el líder entre las naciones espaciales que aplican tecnología de energía nuclear de manera segura, segura y sostenible en el espacio”.
Los sistemas nucleares han sido partes importantes de la cartera de exploración de la nación durante décadas. Por ejemplo, muchos de los exploradores robóticos de más alto perfil de la NASA, incluidas las sondas interestelares Voyager 1 y Voyager 2, la nave espacial New Horizons Pluto y el rover Curiosity de Marte, han obtenido su energía de generadores termoeléctricos de radioisótopos (RTG por sus siglas en inglés), que convierten en electricidad el calor generado por la desintegración radiactiva del plutonio-238.
Un uso más extenso de estos sistemas podría ayudar a expandirse considerablemente en un futuro próximo. Por ejemplo, la NASA y el Departamento de Energía e Estados Unidos están trabajando en conjunto en un proyecto de reactor de fisión llamado Kilopower, que podría proporcionar energía nuclear a los puestos avanzados tripulados en la Luna y Marte.
La NASA ya está investigando sobre la mejor estructura para construir una planta de energía nuclear en la Luna, adaptando la tecnología de fisión existente (que alimenta a todas las plantas nucleares de la Tierra por ahora) a las condiciones específicas de la Luna. Este es un verdadero desafío ya que nuestro satélite natural tiene diferentes materiales de superficie, un rango de temperatura diferente, una gravedad mucho menor, entre otras diferencias.