La historia de Marieke Vervoort es inspiradora. La atleta a la que le fue detectada tetraplegia progresiva a los 14 años tras sentir dolor en uno de sus pies, quería -antes de competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en el 2016- que se le aplicara la eutanasia, porque ya no quería seguir sufriendo.
Luego de ganar la plata y el bronce en aquellas Olimpiadas, Vervoort cambió de opinión. Quería seguir triunfando y demostrando que sí se podía, pero el dolor no la dejó continuar. Con el poder que da la aplicación de la eutanasia en Bélgica, la atleta decidió que le fuera aplicada y este miércoles se anunció su muerte.
Decidió su muerte a los 40 años... Antes de Río, quería morir
La atleta paralímpica belga Marieke Vervoort, que había sido campeona en 100 metros en los Juegos de Londres en 2012, falleció tras someterse a la eutanasia con 40 años, informaron los medios de su país. Esta práctica está autorizada y regulada por ley en Bélgica. La velocista tenía 14 años cuando su “tetraplegia progresiva” se declaró diagnosticada. En su adolescencia iba “de un doctor a otro, que no sabía lo que tenía y me anunciaba malas noticias”, explicó en alguna entrevista otorgada al diario Marca.
Marieke se dedicó al deporte con éxito, primero en baloncesto con silla de ruedas, luego en natación y en triatlón. Fue campeona del mundo de paratriatlón en 2006, y el año siguiente, en octubre de 2007, realizó uno de sus sueños disputando una de las pruebas más míticas, el Ironman de Hawai
Pasó al atletismo en 2012, siendo campeona paralímpica en silla de ruedas sobre 100 metros en Londres. Triple campeona del mundo en silla de ruedas en los 100, 200 y 400 metros en 2015, pero antes de Río de Janeiro, declaró que ya no podía seguir más, que quería morir, que el dolor no la dejaba tranquila. Sin embargo, luchó por las competencias, tan es así que también ganó en los el 2016 la plata en 400 metros y el bronce en 100 metros.
Así lo declaró en ese entonces para Marca: "Después de Río no quiero la eutanasia. Vivo día a día y cuando llegue su momento, lo haré. Firmé los papeles en 2008, sí, porque entonces tenía mucho, mucho dolor y no quiero vivir con un dolor insoportable.
No quiero tener a una persona que me tenga que ayudar todo el día, por la mañana, por la tarde y por la noche, pero ahora quiero mucho más tiempo con mi familia y amigos, dar charlas motivacionales y cuando ya no quiera vivir, tengo los papeles". Ese día llegó.
En septiembre, Marieke Vervoort, apodada “Wielemie”, había realizado su último deseo rodando a bordo de un Race Lamborghini Huracan Evolution en el circuito de Zolder. “Pude realizar muchos sueños. Este es el último”, declaró. A lo largo de este miércoles se han difundido reacciones a la muerte de Vervoort, empezando por la del Comité Paralímpico belga, que destacó sus “grandes actuaciones deportivas y su valentía frente a la enfermedad”.
“Marieke Vervoort ha sacado a la luz el deporte de la discapacidad gracias a sus dos medallas en los Juegos Paralímpicos de Londres”, dijo Marc Vergauwen, secretario general del Comité Paralímpico Belga y presidente de la federación flamenca Parantee-Psylos. La Familia Real belga se declaró “profundamente entristecida” y expresó su apoyo a la familia y allegados de la atleta.